EL MONUMENTO AL REY D. ALFONSO XIII EN LOS MONTES DE TOLEDO

MEMORIAL DE INFANTERIA 76

MISCELÁNEA EL MONUMENTO AL REY D. ALFONSO XIII EN LOS MONTES DE TOLEDO CORONEL DE INFANTERÍA (R) D. JOSÉ LUIS ISABEL SÁNCHEZ 103 Se han cumplido cien años desde que la Academia de Infantería se trasladó por primera vez a la dehesa de Ballesteros para realizar las preceptivas prácticas generales. Hasta ese año habían tenido lugar en los terrenos de Los Alijares, una reducida propiedad militar situada en las proximidades de Toledo, pero las dificultades para poder hacer ejercicios con fuego real y el haber cercado los propietarios las fincas colindantes y con ello impedido el paso de los alumnos obligarían a buscar otros terrenos. Fue entonces cuando el coronel don Enrique Marzo Balaguer, director del Centro militar consiguió que sus propietarios le cediesen la conocida como dehesa de Ballesteros, a la cual se trasladaría la Academia durante cuatro años seguidos, desde 1915 a 1918. LA DEHESA Se encuentra situada al sur de la Ciudad Imperial, en plenos Montes de Toledo, en la zona de Las Guadalerzas y entre las sierras del Rebollarejo, Comendador y Robledo, a 19 Km al sur de Los Yébenes y a 24 al oeste de Urda, en línea recta, siendo las coordenadas de su casa principal 39º 25’ 53” de latitud y 3º 58’ 23” de longitud. Se le conoce con este nombre porque la casa de labor existente en ella fue en tiempos pasados cuartel de la Hermandad de Ballesteros de Toledo, que en el siglo XV pasarían a formar parte de las fuerzas de la Santa Hermandad, encargadas de la persecución de malhechores y de proporcionar seguridad a los montes. Al pasar de unos a otros propietarios, la dehesa se partió en dos, dando lugar a la actual de Ballesteros y a la Fundación “Los Ballesteros”. LOS PROPIETARIOS Pertenecía la dehesa en 1915 a la familia del oficial primero del Cuerpo Administrativo del Ejército (convertido más tarde en Cuerpo de Intendencia) Intendencia don Antonio Reus y Gil de Albornoz, entonces destinado en la Fábrica de Armas Blancas de Toledo. Había nacido en Toledo en 1881 del matrimonio formado por el comisario de guerra don Antonio Reus Sánchez y doña Damiana Gil de Albornoz. Siguió la carrera militar e ingresó la Academia de dicho Cuerpo, de la que salió en 1897 con el empleo de oficial tercero. Tenía tres hermanos, José, Juan y María Dolores, el primero de ellos también militar y perteneciente a su mismo Cuerpo. Estuvo casado con doña Manuela Cid Vizcayno, natural de Orgaz e hija de don Vicente Cid Vallano y de doña Balbina Vizcayno, de quienes heredó la dehesa de Ballesteros. Llegó al empleo de intendente de división en 1943. En agradecimiento a cuanto hizo en favor de Orgaz y Navas de Estena, ambas poblaciones le concedieron el título de Hijo Adoptivo. Orgaz le dedicó la calle de La Unión, y Navas de Estena y Retuerta del Bullaque, dieron a dos de sus calles los nombres de “Teniente coronel Reus” y “Antonio Reus”, respectivamente, siendo la primera borrada del callejero en este mismo año. El general Reus falleció en 1950 y su esposa en 1957, recibiendo ambos sepultura en el cementerio de Orgaz. Uno de sus hijos, también llamado Antonio (1914-1994), fue ingeniero agrónomo y procurador en Cortes, luchó en la División Azul y como voluntario en el Ejército alemán durante la II Guerra Mundial. PRIMERAS PRÁCTICAS EN BALLESTEROS Organizados dos batallones con los 1.200 alumnos de la Academia, el 20 de mayo partieron de Toledo, dejando la ciudad en un completo desorden tras el asalto a las tahonas producido por el aumento del precio del pan, que provocaría que la guardia civil hiciese disparos en Zocodover. La marcha se hizo a pie en tres jornadas, recorriendo los cadetes más de 70 kilómetros portando el armamento y municiones y la mochila con todo el equipo. Con una temperatura de 36,5º y tras pasar por Burguillos y Ajofrín, se llegó a Sonseca, donde fueron recibidos de forma entusiasta por sus habitantes, a los que la banda de música académica deleitó con un concierto en la plaza del pueblo. Seguidamente el Ayuntamiento ofreció un “lunch” al profesorado. Tras pasar la noche en Sonseca, a las seis de la mañana del 21 la columna partió hacia Orgaz, donde se descansó media hora, llegando a las doce de la mañana, bajo una fuerte granizada, a Los Yébenes, para allí alojarse la mitad de la columna, mientras la otra lo hizo en Marjaliza, población que se encontraba celebrando sus fiestas patronales, por lo que la Academia le cedió amablemente su banda de música para alegrar los actos.


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