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MEMORIAL DE CABALLERIA 73

Historia Varios Noticias del Arma Orgánica y Materiales Empleo Táctico y Operaciones 122 HISTORIA como el ruido, la inhalación de humo, el esfuerzo y el calor llegaron a provocar desmayos o incluso la muerte por asfixia, incluso problemas psicológicos. En ocasiones se veían obligados a abandonar el tanque y convertirse en blanco fácil para los tiradores alemanes. Eran vehículos extremadamente lentos (3,2 km/h) y armados con dos cañones menores simila-res a los de la artillería convencional. Aunque su capacidad ofensiva era escasa, lo que se había demandado durante su construcción era protección contra las mortíferas ametralladoras alemanas y movilidad en un terreno plagado de trincheras, alambradas de espino y cráteres de impactos. Por lo tanto la capacidad que se le exigía, en definitiva, era encabezar el asalto a las líneas enemigas mientras la infantería se protegía detrás de ellos. Sin embargo, los tanques sufrían constantes fallos mecánicos y quedaban prisioneros de los obstáculos más grandes. El blindaje inicial era de 8 mm y las balas rebotaban en el exterior, pero en el interior el blinda-je se abollaba y saltaban esquirlas y remaches en todas las direcciones. Por esta razón además de llevar la máscara antigás para los ataques con agentes químicos que eran comunes en esa época, los tripulantes debían ir equipados con cascos, gafas y mallas de protección, un atuendo que resultaba especialmente molesto. Según el teniente Vic Huffan, (Tripulación D9), informó que balas de ame-tralladoras enemigas llegaban a través de la coraza, resultando sus tripulantes muertos o heridos. Otros informes hablaban de que las balas daban en los prismas de vidrio de los bloques de visión, enviando numerosas esquirlas a los ojos del conductor. Los alemanes, para hacer frente a estos tanques, comenzaron a utilizar la munición K, que era una munición contracarro de 7,62 x 57 mm disparada desde el fusil Mauser, con recubrimiento de acero que penetraba en el blindaje. El ruido era otro gran problema, dificultaba la comunicación entre los tripulantes e imposibili-taba las transmisiones por radio. La solución, junto con la inclusión de banderas y luces de colores, fue la apertura de un pequeño hueco que permitía la entrada y salida de palomas mensajeras. La dirección del Mark I tampoco era sencilla: cuatro personas se encargaban de realizar los giros y controlar la velocidad. El vehículo contaba además con un artefacto situado en su parte trasera que consistía en dos grandes ruedas como apoyo al giro del tanque. La falta de un silenciador de escape resultó ser otro problema. Grandes nubes de humo eran arrojadas al exterior por los escapes y al anochecer a menudo solían verse chispas alrededor de los deflectores. Para el ruido, las tripulaciones improvisaban rudimentarios silenciadores de bidones de aceite, barro o incluso sacos húmedos alrededor de los escapes. A pesar de esto, el impacto (tanto psicológico como real) sobre las filas alemanas y el curso de la guerra fue notorio. Cuatro días después de esa primera batalla el Jefe británico, Sir Douglas Haig, envió un repre-sentante a Londres con un pedido de 1.000 tanques más. A finales de septiembre el mando de todos los tanques en Francia fue dado al teniente coronel Hugh Elles, de la Royal Engineers, quien permaneció en el puesto hasta el final de la guerra. El gobierno británico siguió destinando fondos a evoluciones del diseño original hasta conseguir una máquina de guerra casi invencible. Los tanques Mark II, III y IV fueron prototipos con ligeras mejoras, con armamento más pesado y un depósito de combustible exterior que incrementaba la seguridad de los ocupantes. El Mark V, por su parte, fue concebido para ser un tanque absolutamente nuevo, pero las urgen-cias de la guerra lo convirtieron en una nueva versión del primer diseño: se aumentó la potencia del motor y se mejoraron los puestos de disparo. El vehículo estuvo listo para las últimas batallas de la Primera Guerra Mundial. Alemania no se quedó atrás, ni en la construcción ni en la utilización de tanques. En algunas batallas presentó una pequeña cantidad de tanques, principalmente capturados. El A7V fue la


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