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REVISTA DE SANIDAD FAS ENE MAR 2016

Militares desplegados en misiones internacionales: percepción del estrés y síntomas asociados Sanid. mil. 2016; 72 (1)  23 zación no logran por sí mismos dicho control. En hos-tilidad, que recordemos estaban en niveles inferiores a la población general en condiciones de evaluación estándar, no tiene por qué ser un síntoma de malestar ya que la propia tarea militar está contextualizada en un entorno hostil. El aumento de sintomatología so-mática, que ya había sido relacionada con la participa-ción en despliegues militares en estudios post misión36, hallamos que ya se produce durante el despliegue. La somatización denota que se ha convertido el malestar psicológico en síntomas físicos, es decir, que el daño psicológico se ha enmascarado37 .En consecuencia, la sintomatología física es de base psicológica (causa) por lo que una intervención preventiva sobre ésta evitaría el daño en la salud física. g) Los participantes que perciben un nivel mayor de estrés (nivel alto) durante el despliegue, han desarrollado un malestar psicológico generalizado en todos los marca-dores generales y específicos, siendo estos resultados congruentes con otros estudios que relacionan el alto estrés percibido con una baja percepción de salud y aumento de la presencia de síntomas38-40, el aumento del dolor41 y con el descenso de conductas saludables42. Además, este malestar acarrea daños muy graves, cuan-tificados en un torno al 65% en comparación con el grupo de baja percepción del estrés. Como quiera que los participantes del grupo de bajo nivel de estrés son de la misma población (militares) y fueron evaluados en las mismas condiciones operativas, los del grupo de alto nivel de estrés percibido son entrenables, indivi-dual y colectivamente, para reducir dicha percepción y, de este modo, controlar los daños en la salud mental y, por extensión, los daños asociados en el deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la activi-dad del individuo27,28. Futuras investigaciones han de establecer los efectos de la distorsión de las respuestas en este tipo de población, así como el estudio de casos43. También se ha de establecer cuáles son los niveles de hostilidad propios de los despliegues militares porque no son comparables ni a la población normativa ni a la población militar en condiciones de evaluación estándar. Por último se han de someter a prueba la evaluación de programas de intervención con los que dotar de competencia a los militares para que apren-dan a reducir o amortiguar el nivel de estrés percibido44. BIBLIOGRAFÍA 1. Bartone, P. T., Adler, A. B., y Vaitkus, M. A. (1998). Dimensions of psycho-logical stress in peacekeeping operations. Military Medicine, 163, 587-593. 2. Mental Health Advisory Team 9. (2013). Operation Enduring Freedom (OEF) Afghanistan (2013). Recuperado de http://armymedicine.mil/Docu-ments/ MHAT_9_OEF_Report.pdf 3. Vogt, D. S., Pless, A. P., King, L. A., y King, D. W. (2005). Deployment stres-sors, gender, and mental health outcomes among Gulf War I veterans. Jour-nal of Traumatic Stress, 18, 115-127. doi: 10.1002/jts.20018 4. van Eck, M., Nicolson, N. A., y Berkhof, J. (1998). Effects of stressful daily events on mood states: Relationship to global perceived stress. Jour-nal of Personality and Social Psychology, 75, 1572-1585. doi: 10.1037/0022- 3514.75.6.1572 5. 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