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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 340

La Cultura de seguridad y defensa: un imperativo en una sociedad avanzada EL mundo de nuestros días se encuentra en un continuo proceso de transformación debido a diversos factores como el desplazamiento de los centros de poder, la aparición de nuevos actores internacionales, los cambios demográficos o la creciente competencia por los recursos naturales. Manteniéndose el riesgo de conflictos armados tradicionales, esta transformación ha conducido a nuevas amenazas, más difusas, interconectadas y normalmente de carácter transnacional, como el terrorismo, el crimen organizado o los ciberataques. Los límites de estas amenazas no son estancos y no pueden aplicarse soluciones aisladas. Ya no es posible separar los conceptos de seguridad y defensa que deben concebirse desde una perspectiva integral. España, en línea con nuestros aliados y con los países de nuestro entorno comparte este concepto amplio y de fronteras de seguridad permeables. El mandato constitucional de garantizar la convivencia democrática y de proteger a los ciudadanos en el libre ejercicio de sus derechos y libertades públicas se plasma en nuestro país en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Por su parte las Fuerzas Armadas tienen constitucionalmente asignada la defensa de la integridad territorial que desempeñan, no sólo en caso de agresión externa, sino también a través de las operaciones permanentes de defensa aérea y de seguridad marítima que llevan a cabo en el ámbito nacional. Pero además, la seguridad y el bienestar de España y de sus ciudadanos se gestan también fuera de nuestras fronteras. Defender los intereses vitales y estratégicos de España en el mundo es también un General de ejército Fernando Alejandre Martínez Jefe de Estado Mayor de la Defensa objetivo primordial de la seguridad nacional. Y es aquí donde nuestras Fuerzas Armadas juegan también cada día un papel trascendental para garantizar dicha seguridad a través de las diferentes operaciones en el exterior. En resumen, podemos decir que el lema elegido para el Día de las Fuerzas Armadas 2017: «Nuestra misión, tu libertad», recoge plenamente el espíritu de nuestra aportación a la seguridad y defensa de España. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las Fuerzas (JEMAD) Armadas mantienen una, cada día, más estrecha y necesaria colaboración en sus respectivos ámbitos principales de actuación. Ambos actores realizan de esta manera un notable esfuerzo coordinado para alcanzar el máximo nivel de seguridad posible para nuestra Patria. Sin embargo, este esfuerzo para garantizar la seguridad nacional puede no ser suficiente en el cambiante entorno en el que vivimos. Es también necesaria la participación de un tercer actor constituido por los titulares de los derechos, las libertades y los intereses, que, en último término queremos proteger; es decir, los ciudadanos y la sociedad civil. Es entonces cuando podemos decir que la seguridad nacional por su propia naturaleza, es tarea en la que todos —Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, Fuerzas Armadas y Sociedad Civil— deben comprometerse. Esta necesaria implicación solo es posible si se fomenta una cultura nacional de seguridad y defensa basada en el conocimiento previo de todo lo que abarca; que estimule, a su vez, su comprensión y la concienciación sobre su importancia. Una sociedad democrática avanzada requiere de ciudadanos formados, conocedores, críticos y comprometidos con su propia seguridad. Y es entonces cuando debe tenerse en cuenta que la cultura y la conciencia de seguridad y defensa son conceptos de índole nacional y no responsabilidad exclusiva del Ministerio de Defensa. No sólo las Fuerzas Armadas deben acercarse a la sociedad civil, como ya tratan de hacer activamente a través de sucesivos desarrollos legislativos y planes directores, sino también en la dirección contraria. La sociedad civil debe acercarse, por su propio pie, a ese conocimiento y compromiso con la seguridad nacional, que es la seguridad de todos. En este camino, en este acercamiento del ciudadano a su propia seguridad y su defensa, aún hay mucho trabajo que hacer. La falta de un adecuado conocimiento sobre las amenazas, la ausencia fáctica de una amenaza inmediata de conflicto bélico al uso, el continuo proceso de reestructuración de los ejércitos con reducciones y modificaciones de despliegue territorial que les han hecho en ocasiones abandonar ubicaciones históricas; así como el fin del servicio militar obligatorio han propiciado una cierta indiferencia de la ciudadanía hacia lo militar. Mientras que la valoración de nuestras Fuerzas Armadas ha ido en constante ascenso a lo largo de las últimas décadas, la conciencia de seguridad y defensa no se ha ido incrementando igualmente, más bien al contrario. La España del siglo XXI no puede contentarse con una benévola condescendencia del pueblo hacia sus ejércitos, sino que necesita que los ciudadanos se acerquen a los miembros de las Fuerzas Armadas, les conozcan en profundidad, que comprendan sus misiones constitucionales y que les apoyen en su ejecución. Cualquier otra cosa sería aceptar una separación gradual entre el pueblo y su ejército que nos alejaría cada vez más de la seguridad a la que aspiramos como fundamento esencial para el desarrollo y progreso de España. 10 Revista Española de Defensa Junio 2017


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