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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 340

Soldados norcoreanos en el impresionante desfile organizado en Pyongyang con motivo del Día del Sol el pasado 15 de abril. creíble 24 horas y siete días a la semana» afirmó el almirante Harry Harris, responsable del comando estadounidense en el Pacífico. El 23 de mayo, el Consejo de Seguridad de la ONU mantuvo una reunión a puerta cerrada solicitada de forma urgente por Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. Tras condenar las últimas pruebas realizadas, el Consejo expresó su preocupación por «el comportamiento altamente desestabilizador y el desafío flagrante y provocador» de Pyongyang. También amenazó con la posibilidad de imponer nuevas sanciones a Corea del Norte, pero lo cierto es que hasta ahora —desde 2006 la ONU ha adoptado seis resoluciones condenatorias— Kim Jong Un no se ha sentido ni mucho menos intimidado. El jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, solicitó ante la ONU, de manera explícita, la colaboración de «todas las naciones para evitar un gran conflicto» con una clara referencia a China. Las reglas del juego están cambiando y Pekín, el hasta ahora archienemigo, se ha convertido en un aliado imprescindible en el forcejeo manifestado su intención de defender «a toda costa» a su población y respaldar «en lo que haga falta» a su aliado norteamericano. Funcionarios de inteligencia estadounidenses citados por el Washington Post afirmaron que Estados Unidos estaría dispuesto a lanzar un ataque preventivo contra Corea del Norte si llegase a tener la certeza de que se dispone a realizar una prueba de misil con carga nuclear. «Creo que la mejor manera de reducir la tensión en la península coreana es proporcionando un poder de combate Administración Trump ha optado por la prudencia pero sin descartar la presión militar e, incluso, la posibilidad de emprender un ataque preventivo. El 31 de mayo, el Pentágono lanzó, por primera vez, un misil balístico desde una de sus bases en las islas Marsahll en el Pacífico para probar su sistema de destrucción en el aire. Un mes antes, a finales de abril, el presidente Trump envío al Pacífico el portaaviones nuclear USS Carl Vinson y su grupo de combate, y decretó la alerta máxima para los 28.000 soldados estadounidenses desplegados en el sur de la península. También ordenó el despliegue en Corea del Sur del nuevo sistema de defensa antimisiles THAAD. De forma paralela, EEUU ha atracado un submarino en el puerto surocoreano de Busán y realizado ejercicios navales con las fuerzas de Seúl y Tokio. El nuevo presidente surcoreano, el progresista Moon Jae-in, elegido el 9 de mayo, dijo durante la campaña electoral que una de sus máximas aspiraciones era conseguir la reunificación de la península, separada desde 1948, pero tras las últimas pruebas de su vecino del Norte ha La carrera armamentística de Corea del Norte siempre persiguió poder atacar a EEUU y Japón 48 Revista Española de Defensa Junio 2017 How Hwee Young/EFE


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