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AEROPLANO 35

El Miles M.3A Falcon Major 30-55 en el aeródromo Virgen del Camino, aparcado frente a los hangares del Parque Regional de León. (archivo Juan Arráez Cerdá) En el país vecino, el vuelo llevado a cabo por Benjumea con el Monocoupe 90 EC-ZAA no pasó desapercibido. La Policía de Seguridad Pública de Beja redactaría un informe con motivo del aterrizaje protagonizado por él en la ha-cienda 76 Pedras, en las proximidades de Baleizão. Parece ser que Benjumea no tenía seguridad plena de dónde se hallaba. Resuelto a averiguarlo por la vía rápi-da, decidió que la opción más acer-tada era preguntar a los paisanos del lugar. Según el informe que nos ocupa «... aterrizó un pequeño avión blanco, monoplano, llevando un piloto que, sa-liendo del aparato y de lejos, señalando para la localidad preguntó: ¿Beja? Le respondieron que sí y procuraron diri-girse hacia él, haciendo él señales para que no se aproximaran, agradeciéndo-les con dos palabras, una portugue-sa y otra española, Subió al aparato y despegó con dirección a Mina de Sâo Domingos». Las misiones con destino a Portugal siguieron llevándose a cabo con ca-rácter periódico. Durante los meses de agosto y septiembre de 1939 se alter-naron en este cometido los Monocoupe 90 EC-MAA y EC-AZA, el DH.85 EC-5-E y el Miles M.3A EC-DBB. Bombardero de circunstancias Los primeros intentos por dotar a las aeronaves militarizadas de cierto grado de capacidad ofensiva se produ-jeron a partir del 19 de agosto de 1936, una vez confirmada la prueba de lan-zamiento de bombas en las marismas efectuada por José del Camino a bordo del DH.60GIII EC-YAY. La primera ac-ción de bombardeo tuvo lugar pocos días después. Así, el 25 de agosto, el área de Río Tinto fue atacada en dos ocasiones con bombas de 50 kg por el EC-YAY pilotado por José María Os-borne, quien fue acompañado por el capitán Camacho, en el primer servicio, y Manuel García Páez, en el segundo. Al día siguiente, Río Tinto volvió a reci-bir la visita del EC-YAY en servicio de bombardeo, desde el cual se lanzó una bomba de 50 kg. Iba tripulado por An-tonio Santiago y Manuel García Páez. Mientras tanto, el contingente de pe-queños aeroplanos sufriría su segun-da baja en servicio de guerra. El 20 de agosto, en virtud de la orden de opera-ciones n.º 194, José del Camino debía dirigirse a Cáceres a bordo del DH.85 EC-5-E. Se trataba de efectuar un vuelo de reconocimiento para ubicar un cam-po de vuelo en Salamanca3, llevando a bordo al capitán Prats. Desafortunadamente, la misión ter-minó de mala manera cuando el DH.85 Durante el mes de julio de 1936, los vuelos protagonizados por el Monocoupe 90A DeLuxe EC-ZAA con destino a Portugal fueron frecuentes. En el país luso, los testigos que lograron observarlo lo describían como “un avión blanco” con franjas en color azul. ¿Hacían referencia, tal vez, a las bandas que pueden observarse pintadas alrededor del fuselaje y alas? (archivo Juan Arráez Cerdá)


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