«Los profesores regalan lo más valioso, que es el conocimiento, a una población necesitada» cias... Y los profesores traen del Líbano algo muy importante: las anécdotas, que son útiles para impartir una clase. Un profesor, si tiene que hablar de cualquier enfermedad de las ovejas, encuentra en Internet numerosas imágenes sobre ella, pero si tiene una trabajando al lado de un militar en una escuela o una granja, y se acuerda de lo que le pasó aquel día con un niño, de lo que le dijo un ganadero… utilizará esa fotografía y contará esa anécdota, y sus alumnos comprenderán que cualquier ciudadano puede colaborar con las Fuerzas Armadas. —Por cuarto año consecutivo, en 2018 vivirá dos meses en el Líbano. ¿Le crea dificultades en su trabajo? —Este programa se basa en la generosidad y por eso difícilmente alguien puede negarse. Dejo mi trabajo organizado y las clases dadas, y procuro que todas las entidades que colaboran en el programa estén representadas en lo que se hace. La generosidad permite que una actividad salga adelante. El protagonismo mata las iniciativas, porque nadie se encuentra a gusto cuando otros lo abanderan. Es mejor que la única bandera sea la de España. —¿Qué ha aprendido de esta experiencia? —Estoy volviendo a la España de los años 50, que no llegué a conocer. En el Líbano veo los problemas de la ganadería de nuestro país en esa época, lo que no me sirve en mi carrera como profesor, pero me parece un reto interesante. También estoy conociendo otras culturas y la situación del Oriente Medio; y a nuestras Fuerzas Armadas. Santiago F. del Vado Fotos: FINUL Los equipos de veterinaria, acompañados por militares, visitan distintas explotaciones ganaderas de la zona. Debajo, cura de un ternero con neumonía. Marzo 2018 Revista Española de Defensa 47
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