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Ejecutado el castigo, Fandiño le dejó marchar a Jenkins con su cercenado apéndice y el siguiente mensaje para su soberano: «ve y di a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve». Éste consideró el asunto una ofensa tal a su monarca, Jorge II, que denunció lo ocurrido —siempre según su testimonio— ante el Parlamento de Londres. CASI UNA DÉCADA DESPUÉS Entre la captura y su declaración pasaron ocho años, y hubo más de un intento de publicitar el referido menosprecio con la oreja cortada como testigo de la afrenta. Finalmente, el malogrado pabellón auditivo de Jenkins desencadenó y dio también nombre a la Guerra del Asiento. Tal denominación, por su parte, alude a un tipo de acuerdo comercial empleado en la España de la época que dejaba en manos del receptor —otro país o un particular— el uso, manejo y beneficio de una mercancía. El conflicto, derivado asimismo de las consecuencias del Tratado de Utrech —que había puesto fin a la Guerra de Sucesión española—, tuvo además otros protagonistas. Sus nombres se pueden leer a la entrada de la exposición junto con los de Lezo y Jorge II, como el Certificado de Linaje de la familia Lezo, 1825. La muestra irá a Boadilla del Monte (Madrid), La Gomera, Fuerteventura y Málaga Una vida de novela de aventuras ENTRE los muchos títulos de la editorial Edaf —una de las entidades presentes en la exposición de la Casa de América—, figura éste Don Blas de Lezo. Biografía firmada por Gonzalo M. Quintero Saravia y que, según plasma el propio libro, recomienda la asociación organizadora de la muestra, creada para difundir la figura del ilustre marino español. La imagen articula el cuerpo central del trabajo. Con ilustraciones que van de cuadros a fotografías. Acerca así al lector la época de nuestro protagonista y, también, uno de los hitos acometidos en los últimos años para recuperar la figura de Lezo: el monumento erigido en su honor en los Jardines del Descubrimiento de la Plaza de Colón, en Madrid, y que en su momento, el 15 de noviembre de 2014, inauguró Juan Carlos I. INVESTIGACIÓN EN VARIOS PAÍSES Arropando el citado bloque, está la vida de Lezo, que se inicia con una cronología base para situar al lector. Después, el trabajo se adentra en una biografía que «tiene todos los ingredientes de una novela de aventuras» y se basa en «una amplia investigación en archivos de varios países … en su día distinguida con una mención de honor por la Armada española », subraya el libro. cultura monarca español Felipe V o el almirante británico Edward Vernon, contendiente directo del donostiarra por el control de Cartagena de Indias. Antes de llegar aquí y a modo de introducción, se abre una sala en la que destacan la maqueta del castillo de San Luis de Bocachica en Cartagena de Indias y el modelo del Galicia, primer navío salido de los astilleros de La Graña (Ferrol) en 1729 y buque insignia del marino. Maniquíes ataviados con uniformes de la época, banderas, restos arqueológicos del castillo de San Felipe de Barajas —protagonista en el asedio de Cartagena de Indias— y una escultura del propio Lezo son otras de las piezas aquí reunidas. A ellas se suma un juego de dos pistolas que pertenecieron a su hijo Fernando, cedidas por el Museo Naval. LA DEFENSA DE CARTAGENA Por último, Lezo y la defensa de la capital americana copan el protagonismo en el tercer y último espacio de la muestra. Ocupan el centro las maquetas de dos fortalezas cartageneras. Sobre todo, la del castillo de San Felipe y sus cientos de soldaditos que recrean el asalto inglés al baluarte novogranadino. Un episodio más en el fracasado intento británico de tomar la ciudad y, por ende, de la victoria española. Éxito que, en palabras de los organizadores, «supuso la prolongación del imperio español durante cien años más». La sala exhibe también un cuadro de Ferrer-Dalmau dedicado a Lezo, sus bocetos para la pequeña escultura que los acompaña y diferentes documentos relacionados con el ilustre marino, como correspondencia suya con el rey y con su padre, y un certificado de linaje. Además, se muestra el retrato del héroe invicto, que ya fue cartel de la exposición homenaje organizada por el Museo Naval entre septiembre de 2013 y enero de 2014. Ésta, uno de los primeros pasos dados para rescatar su figura, llevó por título Blas de Lezo. El valor de Mediohombre, apodo por el que se le conocía, ya que en diferentes momentos de su carrera profesional perdió pierna y ojo izquierdos; así como el uso de su mano derecha (ver RED núm. 299). Esther P. Martínez Fotos: Hélène Gicquel Marzo 2018 Revista Española de Defensa 59


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