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30 AÑOS de la mujer en las FAS HASTA 1999 las mujeres no pudieron formar parte de las dotaciones de los submarinos. La ley de régimen de personal suprimió aquella limitación y, desde entonces, han sido muchas las que se han incorporado al servicio en los sumergibles de la Armada. La marinero Estefanía Ruíz Aguirre (Almería, 28 años) navega en el Tramontana, una de las tres unidades con que cuenta actualmente la Flotilla de Submarinos. Estefanía se desenvuelve con soltura por las entrañas de este enorme cetáceo de acero, repleto de vávulas, manivelas y cables. El espacio escasea y se aprovecha hasta el más mínimo hueco. «Hay dos aseos y una única ducha para los 59 hombres y cinco mujeres que compartimos vida en el buque». A pesar de las duras condiciones, a bordo se vive un ambiente de camaradería. «Es un entorno familiar. A veces se nos olvida la jerarquía, culpa del trato mano a mano que nos da un espacio tan reducido». Admite que se echa en falta un poco de intimidad, pero lo que más añora en las largas navegaciones de hasta seis semanas es a la familia. «Es complicado, porque tenemos tres hijos». El marido de Estefanía es también militar, suboficial de la Armada, y en el mismo submarino. «Casi nunca navegamos juntos —puntualiza—. Como no tenemos familia cerca para dejar a los niños, en la mayoría de las ocasiones se nos facilita la conciliación». Ella es torpedista, especialidad generalmente conocida como Armas Submarinas. «En realidad, todos hacemos de todo porque hay poco personal», precisa. Cuando es necesario, Estefanía hace de serviola en el puente, realiza tareas de operadora del sonar o, incluso, se pone al timón para conducir el submarino. Asegura que llegó a las Fuerzas Armadas, como muchas de sus compañeras, después de ver aquellos anuncios de televisión —«Ven, aquí hay un mundo para ti»—, en los que aparecía la imagen de una mujer. Pero lo que terminó de despertar su vocación fueron las imágenes de la Armada en misiones de ayuda humanitaria, desde Indonesia a Centroamérica. En su opinión, la todavía escasa presencia de mujeres se debe a que «hay un prejuicio y realmente no se sabe la amplitud de posibilidades que da el Ejército». MARINERO ESTEFANÍA RUIZ AGUIRRE, SUBMARINISTA Rubén Somonte/MDE “El submarino es un entorno familiar” Especialista en Armas Submarinas, es una de las cinco mujeres de la dotación del Tramontana, unidad que tiene su base en Cartagena (Murcia) 12 Revista Española de Defensa Septiembre 2018


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