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30 AÑOS de la mujer en las FAS Tres mujeres han alcanzado el grado de coronel, aunque será solo cuestión de tiempo que una llegue a general despliegue interior, con personal forzoso y exclusivamente masculino, a otros profesionales, compuestos por hombres y mujeres de adscripción voluntaria, y con gran proyección internacional. Considerado como un referente mundial, el modelo español de integración es avanzado, cuenta en el Ministerio de Defensa con una estructura institucional que lo respalda —el Observatorio Militar para la Igualdad y la Secretaría Permanente de Igualdad— y mantiene una continua actualización de la normativa. Este modelo se puso en marcha el 22 de febrero de 1988, cuando se aprobó el Real Decreto Ley que permitió por primera vez el acceso femenino a las Fuerzas Armadas, limitado entonces a veinticuatro cuerpos y escalas, en virtud del cual accedieron las primeras 25 mujeres. Un paso al que siguieron otros: en 1989, la Ley Reguladora del Régimen del Personal Militar Profesional posibilitó que las mujeres accedieran, como oficiales y suboficiales, a las llamadas armas combatientes; y en 1992, mediante el Reglamento de Tropa y Marinería Profesionales, se amplió la oferta a esta categoría, excepto para los destinos de tipo táctico y operativo en algunas unidades. No fue hasta 1999 —once años después de que arrancara el proceso— cuando, con la Ley de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, se eliminaron todas las restricciones, permitiendo el acceso de la mujer a todos los cuerpos, escalas y destinos. Ello produjo un acceso masivo en esos años: más de 4.600 mujeres ingresaron en los Ejércitos entre 1998 y 2000, otras 3.500 hasta 2002 y unas 1.300 hasta 2005. La Ley de la Carrera Militar (2007) estableció la perspectiva de género como principio transversal de la regulación del personal y dispuso la adopción de medidas para proteger la maternidad. En coherencia con ella, la Ley de Derechos y Deberes de las Fuerzas Armadas (2011) remarcó el principio de igualdad y de no discriminación por género, así como el deber de promover las medidas precisas para garantizar una equidad real entre el hombre y la mujer, especialmente en el acceso, la prestación del servicio, la formación y la carrera militar. Finalmente, a través de las Leyes Orgánicas de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas (2014) y del Código Penal Militar (2015), se fijó un nuevo marco sancionador para situaciones de acoso sexual, discriminación por género y otras conductas contra la mujer. SITUACIÓN ACTUAL El porcentaje de mujeres en nuestras Fuerzas Armadas, del 12,7 por 100, supera al de la media de los países de la OTAN, que es del 10,9 por 100. Dicha cifra se encuentra por debajo de la de las naciones con mayor experiencia en este ámbito —EEUU y Francia—, pero por encima de otras, como Alemania, Italia, Países Bajos o Reino Unido. De las 15.286 militares españolas, 8.926 forman parte del Ejército de Tierra (58,4 por 100), 2.674 de la Armada (17,5 por 100), 2.881 del Ejército del Aire (18,8 por 100) y 805 (5,3 por 100) de los Cuerpos Comunes. En la escala de oficiales tres mujeres han alcanzado ya el grado de coronel, aunque será solo cuestión de tiempo que una mujer llegue a general. En la de suboficiales hay una suboficial mayor, y en la de tropa y marinería siete cabos mayores. La mayoría de ellas, el 81,4 por 100, presta servicio en la escala de tropa y marinería. El personal femenino representa el 8,9 por 100 de los oficiales, el 5 por 100 de los suboficiales y el 16,3 por 100 de los soldados y marineros. Por su parte, la Guardia Civil, a la que también abrió el acceso el Real Decreto Ley de 1988, cuenta con más de 5.000 integrantes femeninas, el 7 por 100 de la plantilla. Desde 1993, las mujeres participan en las misiones internacionales; 785 de ellas lo hicieron en 2017, el 7,5 por 100 de todo el personal desplegado. Han sido Personal del Regimiento de Artillería Campaña 63 en unas maniobras. La soldado Navarro con un camión cisterna en la base aérea de San Javier. 8 Revista Española de Defensa Septiembre 2018


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