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Era el enésimo plan financiado por Castilla para alcanzar la Especiería por el Oeste. Carlos I había apostado por la empresa de Magallanes el año anterior tras entrevistarse con él en Valladolid, donde llegó con el cosmógrafo Rui Falero, padre de los planteamientos teóricos de su propuesta, y Juan de Aranda, factor de la Casa de Contratación de Sevilla, es decir, alto cargo del órgano responsable de negociar las expediciones atlánticas. Magallanes se presentó ante el recién jurado monarca con el aval del mercader de origen burgalés Cristóbal de Haro, así como con el visto bueno del obispo de Burgos, Juan Rodríguez de Fonseca. Con tales respaldos, el portugués afincado en Sevilla fue escuchado por el joven soberano y, el 22 de marzo de 1518, su secretario Francisco de Cobos dio fe de su pacto, las Capitulaciones de Valladolid, firmadas entre doña Juana y don Carlos, reyes de Castilla, y Fernando de Magallanes y Rui Falero. L.0472 \ 1 COMPROMISOS Los primeros ordenaban poner en marcha la expedición y enviaban a los segundos a descubrir nuevas tierras en la parte del mar dentro de los límites y demarcación castellana, cumpliendo con el Tratado de Tordesillas (1494) y siempre con el foco puesto en la Especiería. El contrato sancionaba beneficios, derechos, obligaciones… El rey se comprometía a armar cinco naves con diferentes capacidades. Esas que iban a abandonar Sevilla el 10 de agosto de 1519 camino de su primera parada, la gaditana Sanlúcar de Barrameda. Aquí, embarcó la plana mayor, con Magallanes al frente, como capitán general de la escuadra. El 20 de septiembre levaban anclas. Navegaron hasta arribar a Santa Cruz de Tenerife, el día 26. También fondearían en la playa de la Tejita, en el sur. Emplearon la escala para incrementar sus provisiones, pudieron sumar algún hombre más a la tripulación y recibieron noticias sobre la intención lusa de frustrar el viaje. Ya lo habían intentado en la Península con promesas a Magallanes y medios más expeditivos, y lo procurarán todo el viaje. Desde el inicio, surgieron diferencias y suspicacias en la expedición y hacia su líder. El primer damnificado de tal desencuentro fue el capitán de la San Antonio, Juan de Cartagena, enrolado en lugar de Falero, el socio de Magallanes. Era su veedor —intendente y representante de la Real Hacienda—, además de hombre de confianza del rey y de Fonseca, con quien se decía estaba emparentado. Las instrucciones dadas por Carlos I imponían al portugués compartir la información de los rumbos a seguir con sus capitanes, algo habitual en la Carrera de las Indias y que este incumplió. Además, para cruzar el Atlántico hacia el cabo de San Agustín, obvió la ruta de la Suma de Geographia de Martín Fernández de Enciso (1519), manual de referencia para las navegaciones oceánicas españolas, y optó por una «más portuguesa». Cartagena le recriminó con especial énfasis y algún desplante tal conducta, por lo que terminó con grilletes a bordo de la Concepción bajo la supervisión de su capitán, Gaspar de Quesada. Sin más novedad, llegaron al otro lado del Atlántico a finales de noviembre y se dirigieron al sur para reponer víveres y descansar. HACIA EL RÍO DE SOLÍS Fondearon el 13 de diciembre en la bahía de Santa Lucía, bautizada así por el ser el santo del día. Estaba en tierras de Portugal, lo que contravenía las órdenes de Carlos I, decidido a respetar el Tratado de Tordesillas y no ofender a su tío y hermano político, el rey de Portugal. Al parecer, conocían la zona porque años atrás hubo allí un asentamiento luso. Después de esta escala en la futura Río de Janeiro, navegaron hacia el sur, cerca de la costa, de la que tenían información cartográfica gracias a la empresa hispana de Juan Díaz de Solís de 1508. En este caso, la había impulsado Fernando el Católico, y ya buscaba el mar del Sur. Cinco años después Vasco Núñez de Balboa descubriría el nuevo océano. Mayo 2019 Revista Española de Defensa 11 L.0518 \ 1 Dos hombres para completar una gesta singular que contó con el respaldo de un soberano novel Archivo General Militar de Madrid Archivo General Militar de Madrid


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