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más lejanos fundamentales para la actividad enemiga tales como puentes y carreteras. Estas misiones se intensificarían en los días previos al desembarco, llegándose a la cifra de hasta 80 salidas diarias de aeronaves de reconocimiento. Esta intensa actividad de reconocimiento llevada a cabo por la Fuerza Aérea aliada quedó plasmada no solamente en informes, sino también en impresionantes maquetas de gran detalle que se realizaron con el fin de que el personal implicado en las acciones previas al desembarco conociese en profundidad tanto el aspecto de sus objetivos como las inmediaciones de los mismos. En los días y horas previos a la invasión aliada, y bajo la famosa Operación Bodyguard, la Royal Air Force (RAF) británica llevó a cabo una serie de operaciones de distinta envergadura que tenían como finalidad provocar la confusión entre los alemanes. Estas operaciones tenían como principal fin simular una invasión aliada sobre la zona de Calais de forma inmediatamente anterior a la Operación Overlord. Aunque algunos autores las catalogan como operaciones de engaño naval debido a que se llevaron a cabo en conjunto con fuerzas navales, el componente principal fue aéreo. El esfuerzo principal se centró en la creación simulada mediante el lanzamiento de chaff de forma metódica y regular sobre una zona del mar cercana a Calais junto con embarcaciones que simulaban un intenso tráfico de radio. La idea era que los alemanes observasen en sus instrumentos de detección lo que podría parecer una gran flota de invasión, de tal forma que sus refuerzos se dirigiesen sobre la zona de Calais en lugar de sobre Normandía. Se trataba de una operación tremendamente compleja desde el punto de vista aéreo, ya que necesitaba vuelos regulares y constantes sobre determinadas zonas, teniéndose que realizar precisos relevos con el fin de evitar cualquier interrupción que podría ocasionar el descubrimiento del engaño por parte de los alemanes. Aviones aliados realizaron también operaciones de anulación de radares mediante el uso de bombarderos que cargaban equipos de radio. Estos emitían señales en la misma frecuencia que los radares germanos, lo que lograba inutilizarlos momentáneamente. Siguiendo una idea similar, también se interrumpirían las señales que emitían los controladores alemanes en tierra a sus aviones para guiarlos mediante la saturación de sus frecuencias VHF. Quizás la más diferente de estas operaciones que buscaban confundir a los alemanes fue la denominada Operación Titanic, que consistió en el lanzamiento de paracaidistas falsos sobre territorio francés, buscando que los alemanes empleasen sus refuerzos en zonas alejadas de las playas y los puntos de concentración de las divisiones de paracaidistas. Todas estas operaciones de engaño y decepción fueron combinadas con el verdadero desembarco aéreo que precedió al anfibio. Su utilidad real está aún en discusión, ya que se llevaron Lanzamiento de 500 paracaidistas sobre La Fière (Sainte-Mère-Église) el domingo 9 a cargo de Hercules USAF, Armée de L’Air, fuerzas aéreas holandesa, belga y rumana. Fotografía de Jesús López Visitas en la playa de Utah durante el aniversario del Día D. Fotografía de Jesús López REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2019 551


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