Pasado, Presente y Futuro <<
cumplieron de forma extraordinaria el Espíritu de Sufrimiento y Dureza del Credo Legionario.
El régimen de trabajo y las condiciones de vida de estos legionarios eran extremadamente duras, y se necesitaron 23 días
para fi nalizar la faraónica obra.
Un respiro de viento procedente del Adriático acudió en nuestro auxilio y nos ayudó a helitransportar un aljibe, la hormigonera
y 80 sacos de cemento para poder continuar la construcción.
Mientras se replantea la edifi cación en los primeros días, se sube al vértice, a razón de 70 sacos terreros por viaje realizando
6 viajes diarios, 30 metros cúbicos de arena y grava.
En el proceso de explanación fue necesario emplear explosivos y todo el trabajo se realizó a base de pico, pala, pata de
cabra y pisones de mano.
El hormigonado se realizó pacientemente en las horas centrales del día y aprovechando cualquier oportunidad que ofrecían
las rudas condiciones meteorológicas, teniendo que trasladar el hormigón en carretillas de mano a una distancia de 400
metros a campo a través, con una fuerte pendiente casi siempre nevada. Se tuvo que añadir al hormigón aditivos para evitar
la congelación.
A las difi cultades por el fuerte frío y viento se unió el resquebrajamiento de las tuberías del aljibe debido a las bajas temperaturas,
se perdió el agua y se tuvo que terminar la obra a razón de 20 petacas de 20 litros de agua diarias subidas también
en «Nissan» como la arena y la grava.
Con esfuerzo, paciencia, abnegación y sacrifi cio se consiguió ejecutar la misión y prueba de ello es que una semana después
un helicóptero Sea Stallion alemán, aterrizó para recoger el inoperativo aljibe y se comprobó la validez del resistente
helipuerto.
Los zapadores de La Legión demostraron que no hay obstáculo que pueda detenerlos, por eso, quedo grabado en el corazón
de sus componentes y en una placa situada en la cumbre ex-yugoslava esta frase:
«¡Es preciso que lleguen, los zapadores les abrirán el camino!»
550 · I-2020 57 La Legión