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A Q U E L L A T E R C E R A B A N D E R A
Coronel retirado Francisco García Velo
Fue la III Bandera una unidad con un sello muy particular,
quizás porque entre muchos de sus componentes todavía
soplaba el siroco sahariano, quizás porque ocupaba el
Acuartelamiento Teniente Coronel Valenzuela un tanto alejado
de las otras banderas y de la PLMM de Tercio y que le
obligaba por ello a ser autosufi ciente en muchos aspectos.
Hay que recordar que esta bandera se formó con los componentes
de la X Bandera sahariana que con motivo del abandono
del Sáhara llegaron a Melilla.
Con su jefe al frente, el teniente coronel Martín Hernández,
en una formación de Sábado Legionario se cambió el guion
y banderines de la X por los de la III y después de una breve
estancia en el Campamento de Trara, ocuparon el acuartelamiento
Pajares que era la denominación que tenía el que
después se convertiría en Teniente Coronel Valenzuela.
Fueron años muy intensos, ejercicios Tiburón, Carpas, Ánforas,
denominados así por la COMGEML (Comandancia
General de Melilla). Salidas tipo Alfa, realizada por las compañías
por la provincia de Almería y sobretodo dos presentaciones
ante Su Majestad el Rey con motivo de los desfi les
anuales, en Madrid (1976) y Zaragoza (1982), este mismo
año una Cía. de la Bandera formada por una sección de
cada compañía de fusiles, la cual tuve el privilegio de mandar,
dio escolta al Cristo de Mena en la Semana Santa malagueña.
Como anécdota de esta Semana Santa, podemos relatar
que cuando la compañía, embarcada en el buque de la Armada
Conde de Venadito llegó al puerto de Málaga, nos
anunciaron que el presidente del gobierno, Calvo Sotelo,
pasaría revista a la formación y posteriormente presidiría el
desfi le por la calle Larios.
Y volviendo a los ejercicios tácticos, concretamente el denominado
Tiburón 83, el vivac de la bandera amaneció cubierto
por un gran manto blanco, había nevado en Almería,
increíble.
Pero el Plan META (Modernización del Ejército de Tierra)
acortó de forma drástica la vida de los componentes de «la
bandera del tigre». Y una mañana de abril, la del día 12, la
contraseña de La Legión dejó paso al sonido de la corneta
de Regulares que tocaba diana. Una vez más regulares y
legionarios se relevaban en las «posiciones».
Sería interminable la lista de cuadro de mandos y tropa que
marcaron aquella época, Famakan Dabo y el cabo Araña
que pasaba más tiempo paleándose con los de la Transmediterranea
que en el cuartel (aunque lograba todo lo que se
proponía), Artillo y Capdevila, Benjamín, Espada, Cuesta y
Bastardes, Varea, Solla, Ramos, Valero, Escribano, Gordón,
Poveda, Efrén, Conde, Mariña, e infi nidad de legionarios
más, además de sus tenientes coroneles: Martín Hernández,
Gómez Téllez, López Vilaplana y Ramón Martín Casañas.
Todos juntos formábamos bajo las «garras del tigre rampante
» y como dice nuestro himno: «juntos formábamos bandera
».
554 · I-2021 87 La Legión