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a Francisco Franco de 1907 a 1910) y
posteriormente director de la misma
en 1929, como coronel.
En 1931, ante la proclamación de la
II Republica expresa su adhesión al
nuevo régimen, postura que mantiene
ante el alzamiento militar del 18 de
julio de 1939, cuando se encuentra
en Valencia como general de brigada
al frente de la 5ª Brigada. Durante la
guerra civil sufre la trágica pérdida de
su hijo falangista Pepe, de 26 años; y,
poco después, la de su sobrino José
María en Paracuellos. «Mi desesperación
llegó al límite», llegó a decir.
En 1937 fue nombrado jefe del Cuerpo
de Ejército del Norte, pero fue destituido
en agosto tras la caída de Bilbao
y Santander.
Finaliza la guerra realizando tareas burocráticas
en Barcelona, desde donde
se exilia a Francia, solo, para vivir de
una pequeña asignación del Gobierno
en el exilio en México, de lo que ganaba
escribiendo, y de la poca ayuda que le
llegaba de su familia en España.
Paralelamente a su exilio y penurias en
Francia3, a Gámir se le abrió expediente
judicial en España por rebelión militar
(Causa General, sumario n.º 551-
V-4, en el Archivo General e Histórico
de la Defensa, Madrid) donde se le declaraba
en rebeldía en junio de 1943,
seis meses antes de su detención por
la Gestapo en Vernet-les-Bains.
En 1948 solicita su repatriación a España4
por enfermedad grave de su esposa,
que fallece en el mes de agosto
sin que el general llegara a tiempo
para despedirse. Vuelve a España en
septiembre como «agricultor» y se reabrió
el proceso judicial contra él siendo
condenado a 30 años de reclusión
con inhabilitación y pérdida de la condición
militar. En 1956 le fue concedido
el indulto. Desterrado y confinado
en su casa de Valparaíso de Abajo,
Cuenca, falleció el 26 de julio de 1962.
De los otros protagonistas sabemos
que la mayoría estuvo en Cuba o Filipinas
en sus primeros destinos, que
como Gámir vivieron dramas personales
con la dramática pérdida de hijos
durante la contienda civil y que vivieron,
igual que el resto de los españoles,
divisiones familiares profundas.
Es el caso del único superviviente de
Dachau, el teniente coronel García-Miranda,
sobrino carnal del general Emilio
Esteban-Infantes, que el mes en
que detenía la Gestapo a su sobrino en
Francia, él regresaba de Rusia donde
había mandado la División Azul. Con
los años volvió a retomar el contacto
con su familia materna Esteban-Infantes
de Toledo que logró gestionar
su regreso a España «sin cargos» en
1957. Murió en 1971 y, a su manera,
contribuyó a la reconciliación de los
españoles, dejando un grato recuerdo
entre sus familiares y aquellos que disfrutaron
de su amistad.
En enero
de 1944, el jefe
de la Gestapo en
Toulouse, Messak,
y Alzugaray fueron
acribillados
El coronel Jesús Velasco (1878-1944),
nacido en Madrid, de familia militar,
liberal, cuyo primer destino también
fue Cuba; igual que Gámir, perdió a un
hijo, único varón y joven falangista, en
Paracuellos, en los inicios de la guerra
civil, dónde mandó unidades de combatientes,
entre ellos el XIII Cuerpo de
Ejército. También fue juzgado en rebeldía
por la justicia franquista5.
El coronel Carlos Redondo (1879-
1945), nació en Zamora, hijo de un
matrimonio de maestros, al salir de teniente
se marchó a Filipinas en 1897.
Se casó allí con Adelina Ávila y llegó
a tener 13 hijos. Durante la guerra civil,
como teniente coronel fue designado
vocal del consejo de guerra que
condenó a muerte a los generales sublevados
Manuel Goded y Álvaro Fernández
Burriel, una intervención que
le valió ser incluido en una «lista negra
» franquista.
Y, finalmente, el protagonista y único
superviviente de Dachau, José María
García-Miranda (1897-1971) nació
en Toledo, hijo de un capitán de
ingenieros y sobrino carnal por parte
de madre del general Emilio Esteban
Infantes. Tras sobrevivir al campo
de concentración y permanecer en el
exilio, su familia toledana finalmente
le ayudó a regresar a España en 1957.
De los demás protagonistas apenas
se conocen datos biográficos.
NOTAS
1. Estas cifras están sacadas del libro
Vicente Parra, un médico en
Dachau, de Vicente Sos Baynat y
Jiménez Aleixandre. No obstante,
la cuestión de los datos del denominado
«tren fantasma» es un
poco confusa dependiendo de las
fuentes de consulta. Hemos elegido
esta fuente por ser la de un deportado
que coincide con el testimonio
de uno de los protagonistas.
Otras fuentes señalan que el que
se llamó «último tren de la muerte
», convoy n.º 7909, transportaba
2166 prisioneros, llegando vivos a
Dachau 1630; de ellos, 40 españoles
de los 65 que salieron de Toulouse,
aunque otras cifras dicen
que en ese tren iban más de 200
españoles.
2. Relato recogido en francés en este
blog: Couleur Lauragais - Les journaux
- 2003 - CL n°57 - Histoire:
Résistance contre Gestapo - Deyme,
le 2 janvier 1944 (couleur-lauragais.
fr).
3. La diplomacia franquista pidió informes
sobre las «actividades rojas
» a las embajadas y consulados
que recibieron exiliados republicanos.
Existe una correspondencia en
el Archivo General de la Administración
(AGE) de Alcalá de Henares.
Dichos informes fueron importantes
en cuanto estalló la guerra en
Europa y cuando el III Reich ocupó
Francia entera en noviembre de
1942.
4. La Comisión Interministerial de Repatriación
acordó que, dada la importancia
militar del solicitante, se
consultase a la superioridad, autorizando
el Gobierno el regreso de
este exiliado, ateniéndose a la norma
general de exiliados políticos
militares.
5. Causa procedimiento sumarísimo
n.º 338-V-42 en el Archivo General
e Histórico de la Defensa contra el
coronel Velasco.■