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MEMORIAL DE INFANTERIA 74

MISCELÁNEA Alumnos pertenecientes a la Congregación en la escalera de acceso de la explanada este a la norte 103 comunión mensual y la visita a hospitales y asilos. Entre sus actividades estaban las academias de literatura y los ejercicios de esgrima, que tenían lugar en un Círculo es-tablecido en una casa aledaña a la residencia de la compa-ñía, en la calle de Alfonso XII, que disponía de biblioteca, billares, bar y comedor. Para distinguir a sus miembros se les dotó de una medalla —obra del insigne sacerdote y artista Félix Granda, autor de la corona de la Virgen del Sagrario—, que se ostentaba prendida en el uniforme como si se tratara de una con-decoración. De forma elíptica y rematada por la corona real, en su anverso aparecía la Inmaculada de perfil y con el escudo de España a sus pies, y en el reverso figuraba el escudo de la Infantería rodeado por el nombre de la Congregación. El papa Benedicto XV le concedió a esta medalla diversas gracias y privilegios. En el mes de mayo de 1918, don Alfonso XIII aceptó ser inscrito como primer congregante —de ahí el antetítulo de Real—, mientras el Príncipe de Asturias pasó a osten-tar la presidencia honoraria de la Congregación. La adhesión del rey a la Congregación tuvo lugar en el Palacio Real el 4 de enero de 1919 y al acto asistieron el entonces director, el P. Mariano Cuevas, el alférez aban-derado Pablo Medialdea, como prefecto, y los sargentos y cabos galonistas que formaban la junta directiva (secreta-rio, tesorero, cronista e intendentes). Al rey y al príncipe se les hizo entrega de sendas medallas de congregante fabricadas en oro. La Congregación contaba con un personal activo, forma-do por alumnos de la Academia de Infantería; con socios antiguos, aquellos que habiendo finalizado sus estudios deseaban seguir unidos a ella; con socios honorarios, por prestar apoyo personal y pecuniario; con congregantes ilustres, miembros de la familia real, prelados, generales y bienhechores insignes. Todos los componentes debían contribuir con un donativo de ocho pesetas al trimestre. Entre los congregantes ilustres se llegaron a encontrar el cardenal arzobispo de Toledo (Enrique Reig Casano-va), el nuncio apostólico, los obispos de Madrid-Alcalá, Oviedo, Huesca, Badajoz, Coria y Jaca, el general gober-nador militar de Toledo, varios generales —entre ellos exdirectores de la Academia de Infantería—, un contra-almirante de la Armada, el marqués de Rafal (Alfonso de Pardo y Manuel de Villena), el duque de Denia y de Tarifa (Carlos María de Constantinopla Fernández de Córdo-ba y Pérez de Barradas) y el teniente coronel creador del Museo de la Infantería (Hilario González y González). Medalla de la Congregación (Foto: Luis Alba)


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