MISCELÁNEA Miembros de la Congregación con el cardenal Reig, el padre Eliseo y el coronel Pérez de Lema ALFONSO XIII Y LA CONGREGACIÓN El contacto de don Alfonso XIII con la Congregación fue continuo. En 1921 se le dirigió el siguiente telegrama a través de su secretario particular: «Ruégole haga presente su majestad el rey y príncipe de Asturias que los doscientos veinte alumnos Infan-tería que firmaron nuevo Reglamento conocido de su majestad felicitan fiesta onomástica augustas perso-nas, pidiendo a Dios Nuestro Señor en la comunión fuerzas para defender patria y trono todo momento, pues se honra esta Congregación manifestar que en ella se acrecienta corazones, ideales, orden, disciplina, valor, amor a la patria y a la augusta familia, honra de España y baluarte catolicismo». que fue contestado en los siguientes términos: «Su majestad el rey ha agradecido muy de cora-zón en su nombre y en el del príncipe de Asturias, el entusiasta y cariñoso mensaje que le dirige en nombre de alumnos de la Academia de Infantería que forman parte de la Real Congregación de la Inmaculada, y queda particularmente obligado por sus fervientes oraciones por la real familia y por la amada patria». Con tal motivo, celebró la Congregación una velada tea-tral en cuyo programa figuraba una zarzuela, un sainete y varias películas de cine. Estas veladas eran muy valoradas por la población de Toledo, lo que en ocasiones obligaba a limitar las invitaciones, restringiéndolas a los profesores de la Academia, sacerdotes, bienhechores de la Congrega-ción y padres y hermanos de los congregantes. El 1 de junio de 1923, don Alfonso XIII recibió en au-diencia al P. Eliseo de la Torre, al que acompañaban seis alumnos congregantes. 104 Al año siguiente, el P. Eliseo fue recibido en audiencia por el rey, al que solicitó que permitiese al Príncipe de Astu-rias asistir a la comunión general que se celebraría en la iglesia de San Ildefonso de Toledo en el mes de mayo, acto que hubo que aplazar hasta el otoño. La Congregación participó en el homenaje al rey organi-zado por Primo de Rivera el 23 de enero de 1925 orga-nizando una guardia ante el Santísimo, seguida de Misa de comunión para la junta directiva y los protectores; por la tarde tuvo lugar una velada cinematográfica en el salón arzobispal en la que se proyectó el film Chiquilín no tiene enmienda1. Letrero anunciador El 5 de mayo de 1928 llegó el rey a Toledo en visita no ofi-cial; oyó Misa en la capilla mozárabe, charló en el claustro con el deán José Polo Benito y el cardenal Segura salió a recibirle y le invitó a almorzar, marchando ambos a conti-nuación a presidir la Real Congregación. 1 Chiquilín era una serie de cine protagonizada por Jackie Coogan, el actor que había protagonizado junto a Charles Chaplin el film El chico.
MEMORIAL DE INFANTERIA 74
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