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El vicealmirante Martorell y el general Stickland tras la entrega de bandera que hizo efectivo el traspaso del mando. de actos de piratería, de los que dos tercios han resultado condenados. En años posteriores se produjeron algunos intentos de secuestro que no llegaron a fructificar, hasta 2017 cuando hubo un repunte, con seis incidentes, en los que los piratas lograron hacerse con los buques en dos ocasiones. Aunque sus posibilidades de éxito son cada vez menores, la piratería todavía no ha sido erradicada en el Cuerno de África. La intención de la Comunidad Internacional es que, a medio plazo, esta actividad delictiva pueda ser controlada por las propias autoridades locales. A ello contribuyen distintas iniciativas, como EUTM Somalia, la misión de la Unión Europea que asesora y entrena al ejército España es el único país que ha contribuido a la operación desde su lanzamiento Yibuti el 34º contingente del destacamento Orión, bajo el mando al teniente coronel José Ignacio Jaime Peñuela. La protección a los buques del Programa Mundial de Alimentos que llevan ayuda humanitaria a Somalia es una de las tareas encomendadas a la operación Atalanta. Solo en el último mes, se ha asegurado la entrega de más de 1,8 millones de toneladas de alimentos a los puertos del país africano. Además de los buques y aviones de patrulla marítima, la operación cuenta con los llamados Destacamentos de Protección de Buques Autónomos (AVPD), fuerzas militares que van embarcados en los buques fletados por el programa, preparadas para responder con sus armas en caso de recibir un ataque. Actualmente se ocupa de este cometido un destacamento de Serbia. UNA DÉCADA EN EL ÍNDICO Desde que comenzó la operación la situación ha cambiado mucho. La peor época fue entre los años 2009 y 2011, en los que llegó a haber 46 barcos secuestrados por los piratas con unos 700 rehenes. En estos diez años han sido detenidos unos 170 sospechosos somalí. España contribuye con 15 militares, la mayoría de ellos en Mogadiscio. En 2018 más de 500 militares somalíes fueron instruidos gracias al apoyo europeo. El objetivo es que vayan asumiendo las tareas de seguridad que desempeña la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM), integrada por 20.000 soldados que combaten contra el grupo yihadista Al Shabaab con el apoyo de EEUU. Pero todo progresa muy despacio en Somalia. Al terrorismo y los problemas políticos internos se suman la sequía y la hambruna. Las escasez de lluvias ha intensificado el problema y actualmente más de la mitad de la población (6,2 millones) sobrevive gracias a la ayuda humanitaria. Desde el OHQ de Rota se controla las 24 horas el paso de los barcos de la ONU que transportan productos de primera necesidad. Para reducir el riesgo de ataques las fuerzas desplegadas reciben información de los movimientos de estos buques y de los cientos de mercantes que transitan por el Golfo de Adén, paso obligado de las principales rutas comerciales entre Asia y Europa. Víctor Hernández Abril 2019 Revista Española de Defensa 9


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