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Alfredo Kindelán, y los seguidores de Emilio Herrera y los monoplanos Nieuport 42 IVG, aparatos cuyo sistema de dirección (palanca de control y palonier) se convertiría en el estándar en todos los aviones5. El teniente de Caballería Martínez de Baños se formó a bordo de los biplanos Farman y Boxkite (definitivamente adoptado como modelo de enseñanza hasta la llegada del MF-7), aunque luego también tripularía los monoplanos Bristol Prior y Nieuport. A partir del 1 de mayo, el aviador realizó numerosos vuelos de perfeccionamiento y se le encomendó la enseñanza en los Farman en la Escuela de Aviación de Cuatro Vientos hasta el 1 de junio, en que se interrumpieron las clases por el descanso veraniego. El 21 de junio obtuvo su título de piloto aviador militar de primera categoría, mientras que el 8 de agosto de 1912 recogió su licencia de vuelo (carnet n.º17 del Real Aero Club de España) permaneciendo en comisión de servicio en la Aeronáutica. Es poco conocido que el rey Alfonso XIII regaló a todos los componentes de esta promoción un reloj en el que se habían grabado las iniciales del monarca. La formación como piloto en los albores del Servicio de Aeronáutica Militar estaba jalonada por los habituales incidentes de vuelo (debido a causas humanas o mecánicas de las que hay constancia para el periodo 1911-1913), pero la promoción del piloto oriundo de Filipinas estuvo marcada por los sucesivos accidentes mortales de Bayo (29 de junio de 1912 después de estrellarse en el MF n.º 2 dos días antes), Cortijo (a bordo del MF n.º 16 el 27 de octubre de 1914) y Jiménez Millas (cuando hacía las pruebas para piloto de 1.ª a bordo del Maurice Farman n.º 23 el 15 de junio de 19176) mientras que Martínez de Baños (más conocido como Baños en aviación) salió indemne de la docena de incidentes en los que se vio involucrado con sus aparatos o volando de observador junto a sus compañeros7. En la necrológica que R. Ruiz Ferry le dedicó en el Heraldo Deportivo, resumía a la perfección el espíritu aeronáutico de este oficial que siempre lucía una sonrisa en su rostro y exhibía un carácter afable, que se convirtió en piloto de forma casi «anónima» por no ser protagonista de accidentes graves («romper madera», como se decía en el argot de la época): «De entonces acá, Ángel Martínez de Baños, a través de todas las cosas que en Cuatro Vientos han ocurrido, y entre el ir y venir de gente que por allí ha pasado, puede decirse que era el personaje permanente. Baños, profesor; Baños, probador; Baños paseador de neófitos; Cuatro Vientos sin Baños no se concebía»8. Durante el tiempo de permanencia en la Escuela de Aviación en calidad de ayudante en el curso de formación de los pilotos de Farman, Baños ya empezó a descollar por sus deseos de volar, siendo elegido para formar parte de eventos importantes, como el vuelo de exhibición realizado a bordo de un monoplano Bristol Prior durante la visita que Alfonso XIII realizó al aeródromo de Cuatro Vientos el 7 de febrero de 1913, o la participación, tripulando un biplano Farman, en el primer vuelo en formación de la aviación militar realizado por dos escuadrillas entre Cuatro Vientos y Villaluenga (Toledo) el 14 de junio de 1913. Según Warleta, en este primer vuelo de ejercicio de escuadrillas participaron tres monoplanos Nieuport y cinco biplanos MF.7 tripulados por Kindelán, Bayo, Ríos y el teniente de ingenieros Antonio Espín López, mientras que Martínez de Baños llevó de observador al teniente de navío Félix Cheriguini Buitrago (Espín y Cheriguini eran de la 3.ª promoción de oficiales pilotos y, por lo tanto, exalumnos de Baños). El 23 de junio este piloto también participaría en otro vuelo relevante: después de despegar de Cuatro Vientos, las dos escuadrillas sobrevolaron el cielo de Madrid en formación antes de poner rumbo hacia Aranjuez y regresar a la capital. Partiendo de los datos estadísticos ofrecidos por el Memorial de Ingenieros, podemos realizar un cuadro comparativo de las horas de vuelo acumuladas por Martínez de Baños en el periodo 1912-1913. En relación con otros aviadores de su misma promoción y aún anteriores, comprobamos que exceptuando el capitán de ingenieros Eduardo Barrón y Ramos de Sotomayor, este piloto estaba por delante de muchos otros aviadores en experiencia de vuelo, lo cual le habilitaba de sobra para ejercer las labores de instrucción en la formación de aviadores (lo cual, sin embargo, al principio le impediría participar en misiones de guerra Reloj regalado a los componentes de la 2.ª promoción por Alfonso XIII (se aprecian sus iniciales grabadas. Familia Pérez Núñez) Cuatro Vientos, 8 de julio de 1912. De izda. a dcha., en la fila de arriba: C. Bayo, N. Sanromán, A. Bayo, P. Vives, A. Kindelán, E. Jiménez Millas. C. Cortijo y V. Rodríguez. Tumbados: E. Barrón, E. Herrera, Baños, E. González y C. Alonso (AHEA) Baños a bordo de un Bristol Boxkite en Cuatro Vientos


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