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61 Tras la caída de Zeluán, no se registró actividad aérea alguna en la zona hasta la llegada a los altos de Rostrogordo, en la tarde del domingo 24 de julio, del avión Bristol M-AAFA procedente de Madrid, pilotado por su propietario el mayor Havilland, y con el exmilitar, piloto aviador y ahora periodista, José Espinosa de pasajero, comisionados ambos por el diario El Liberal para informar sobre los sucesos en el área oriental del Protectorado. En la mañana del lunes 25 ambos regresaron con el Bristol a Madrid. El envío inmediato de aeroplanos a Melilla presentaba dificultades por la falta de campos de aterrizaje adecuados, siendo Rostrogordo y el hipódromo las únicas y muy limitadas opciones. En la mañana del 29 de julio tomó tierra en el hipódromo el mismo Bristol que había utilizado el mayor Havilland días atrás, pero esta vez pilotado por Manzaneque con Carrillo de observador. Otro aparato, con Moreno Abella a los mandos y Bada de observador, aterrizó en Rostrogordo. De inmediato, los dos aviones comenzaron a realizar misiones de observación y a abastecer la posición de Monte Arruit. Según consta en su hoja de servicios, Bada regresó el día 30 a Cuatro Vientos por vía marítima y ferrocarril. La presencia de Espinel en Melilla durante el desastre No han podido determinarse las fechas durante las cuales Espinel estuvo ausente de Melilla. En alguna ocasión comentó a su familia vuelos de abastecimiento a las fuerzas sitiadas en Monte Arruit, y en su expediente consta su servicio como piloto en 1921 bajo el mando del capitán Sáenz de Buruaga, en aviones De Havilland con motor Napier. No obstante, en los diarios de operaciones de la escuadrilla expedicionaria correspondientes a agosto de ese año su nombre no figura en los servicios que se realizaron. Lo que es indudable es que el 1 de agosto Espinel ya se encontraba de regreso en África y prestando servicios en el aeródromo provisional que se estaba instalando en el barrio del Hipódromo. El día 2, su imagen fue nada menos que portada del diario ABC de Madrid, en una fotografía del reportero gráfico José Zegrí, en la que aparecía sentado en el puesto del piloto del Bristol M-AAFA vistiendo un uniforme de diario con gorra de plato. También figuran los capitanes Manzaneque y Carrillo, equipados con atuendos más apropiados para el vuelo, y un soldado no identificado portando un bulto que parece estar dispuesto a entregar a los anteriores (14). La reconstrucción de la cobertura aérea A primeras horas de la mañana del martes 2 de agosto, llegaron al campo provisional junto a la hípica varios aparatos Havilland de las escuadrillas de Tetuán y Larache con el comandante Aymat, jefe de las escuadrillas de Marruecos, y el capitán Sáenz de Buruaga, jefe de la de Tetuán. A bordo del H15 viajaban Buruaga y Aymat; en el H16 el teniente de Caballería Hidalgo de Quintana y el teniente de Ingenieros González Gil; el H20 lo ocupaban el sargento de Caballería Luis Iglesias y el teniente de Caballería Alonso Valdés; el H19 el sargento de Artillería Carpio y el teniente de Artillería Bellod; y finalmente el H14 con el teniente de Ingenieros Mateo y el teniente de Caballería Camacho Jáudenes. Se sabe que el 29 de julio había llegado el teniente de Infantería Eusebio Paredes para prestar servicios en la escuadrilla, y que el capitán Joaquín González Gallarza tomó tierra a bordo de un Avro en Melilla el día 1. Al día siguiente, 2 de agosto (15), Fernández Mulero salió de observador en un vuelo con Manzaneque. La escuadrilla entró en acción al día siguiente a su llegada en medio de un fuerte vendaval. Se integraron en ella, agregados como observadores, el teniente de navío Cadarso, el capitán Muñoz y el teniente Merino. Posteriormente se incorporaría más personal. Las reducidas dimensiones del aeródromo provisional de Melilla hacían que las maniobras de los aparatos revistiesen un alto grado de peligrosidad. En la tarde del día 8, el biplano del teniente Hidalgo, que llevaba como observador al teniente González Gil, embistió durante la toma de tierra a un coche de caballos, matando al animal. El cochero y su acompañante resultaron heridos de gravedad, y aunque a los aviadores no les pasó nada, el aparato quedó destrozado por el impacto (16). Posteriormente al desastre, la primera referencia con el nombre de Espinel ha sido localizada en la prensa escrita, cuando se da cuenta de la llegada a Nador, en la tarde del día 27 de octubre, de dos aparatos Havilland procedentes de Granada, pilotados por los sargentos Espinel y Carpio, que llevaban como observadores al comandante Dávila y al teniente Bellod respectivamente (17). Las anécdotas que Telesforo Espinel relataba en el seno familiar no siempre eran divertidas; una con tintes macabros tuvo que ver precisamente con aquellos aciagos días cuando, aseguraba, le llegaron a dar por muerto. Durante la investigación sobre su figura surgió un dato, expuesto a continuación, que bien podría guardar relación con este asunto. Una de las crónicas de la reconquista del terreno perdido durante el desastre que se publicaron en El Telegrama del Rif, concretamente la del sábado 15 de octubre de 1921, se hizo eco de la entrada de las tropas en el poblado y la Alcazaba de Zeluán, así como en las ruinas del aeródromo. Men- Una de las pocas imágenes, si no la única, que existe del campamento de Annual tras su abandono por las tropas españolas en retirada. Álbum de Telesforo Espinel, Archivo Histórico del Ejército del Aire (AHEA) Por Orden de 10 de febrero de 1920, al soldado Telesforo Espinel se le concedió la Cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo, por los méritos contraídos en las operaciones de 1919, que acreditaban su valor en combate. También recibió la Medalla de África, y luciendo ambas aparece en esta excelente foto de estudio de 1920, ya con el empleo de cabo de Intendencia. Álbum de Telesforo Espinel, Archivo Histórico del Ejército del Aire (AHEA)


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