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69 dos meses que será de prueba, pasado el cual su admisión será eventual por un nuevo periodo de seis meses». Todo ello ajustado, según un segundo escrito de 27 de agosto de ese año, a «los artículos 17 y 11 del reciente Reglamento de Trabajo de Iberia». Se le asignó la categoría de jefe de 2.ª. Espinel, vistiendo de paisano y de nuevo con miembros de la promoción n.º 28, en una imagen tomada probablemente en 1947 ó 1948. Entre ellos, segundo por la derecha, destaca el coronel caballero laureado de San Fernando don Carlos Martínez Vara de Rey. Álbum de Telesforo Espinel, Archivo Histórico del Ejército del Aire (AHEA) La progresión de un trabajador ejemplar El 24 de abril del año siguiente, con el periodo de prueba sobradamente cumplido, se solicitó para Espinel el pase a eventual, y el 21 de diciembre siguiente, el Consejo de Administración de Iberia aprobó su ingreso en la plantilla de la compañía. Espinel fue trasladado posteriormente de la División de Explotación a la de Tráfico, ya como jefe de 1.ª administrativo, si bien sus funciones dejaron de ser consideradas como meramente administrativas, admitiéndose su carácter técnico de muy especial importancia, consistente en la «preparación, entrenamiento y perfeccionamiento de los pilotos de Iberia en el Link-Trainer, función que desempeña a la perfección por su calidad de piloto y su práctica de profesor de la aviación española durante muchos años». Además de su labor como instructor de vuelo, empleando un avión bimotor Airspeed AS.65 Consul de fabricación británica, Espinel dio también clases en el simulador QBI, primero con el que se contó, y que la compañía tuvo instalado en el piso 12 del n.º 2 de avenida de América, donde se encontraban sus oficinas. Su labor al frente de este simulador era de la máxima relevancia, puesto que era el primer filtro de selección de aspirantes a continuar con el programa de instrucción de pilotos. Una buena prueba de la confianza que Ansaldo había depositado en él. Los relevantes méritos de nuestro protagonista, por otra parte, ya habían sido objeto de abierto reconocimiento en diversas ocasiones por parte de la dirección y el Consejo de Administración de Iberia (32). Y es que la junta de accionistas de la compañía premiaba anualmente a sus empleados que más se hubiesen distinguido durante el ejercicio del año anterior; la propuesta podía partir de un jefe de división y debía someterse a la aprobación del director, don César Gómez Lucía. En el expediente de Espinel se han conservado duplicados de recibos de la caja central de Iberia correspondientes a las gratificaciones que percibió en concepto de premios de gestión de los años 1951, 1952, 1953, 1956 y 1959. En 1958, durante la sesión del Consejo de Administración de la compañía, celebrada el 29 de agosto, se tomó el siguiente acuerdo: «Para premiar los méritos de todo orden acreditados por don Telesforo Espinel Meléndez y sus excepciona- Durante su etapa en Iberia, y además de su labor como instructor de vuelo en un avión bimotor Airspeed AS.65 Consul, Espinel dio clases en el simulador QBI, el primero con el que contó la compañía de bandera española. Recibió numerosos premios de gestión y su labor fue ensalzada como ejemplar ante el resto de la plantilla, constituyendo un broche de oro a su larga trayectoria como docente de varias generaciones de aviadores militares y civiles


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