NACIONAL
CON SABOR
AGRIDULCE
La llegada de los nuevos militares de tropa a las unidades
ha estado marcada por la pandemia
Texto: Beatriz Gonzalo
Fotos: MACA, BRI II y BRI X
Es uno de los días con los que sueñan
todos los futuros soldados
desde que ingresan en los Centros
de Formación de Tropa (CEFOT): el de presentarse
en su unidad de destino y llegar
a convertirse en uno más de sus componentes.
Sin embargo, el camino que han
tenido que recorrer los integrantes del
2º ciclo de formación, para alcanzar ese
momento ha sido algo atípico.
A ellos, la crisis sanitaria les llegó cuando
les faltaba poco para terminar su formación
en los CEFOT, apenas dos semanas.
Las clases se suspendieron y los alumnos
regresaron a sus domicilios. Llegó el
confinamiento y tocó quedarse en casa
durante más tiempo del que nadie podía
imaginarse: cerca de dos meses. Pero, al
final, lo peor pasó y comenzó a recuperarse
la normalidad, poco a poco. Y los
nuevos soldados recibieron la noticia que
tanto se había hecho esperar: la fecha de
su incorporación, que se produjo a principios
de mayo.
Los equipos encargados de su adaptación
a las unidades han tenido un trabajo extra
para ser capaces de compaginar las medidas
de seguridad con las necesidades de
formación y coordinar al mayor número
de personal que necesariamente ha habido
que implicar en esta tarea.
Uno de los aspectos que han tenido muy
presente ha sido el hecho de que llevaban
dos meses encerrados. «El confinamiento
podía haber afectado a su forma física
», afirma el capitán Romero, jefe de la
3ª compañía de la VII Bandera, el encargado
de la adaptación de los 65 nuevos caballeros
y damas legionarios destinados
al Tercio “Don Juan de Austria”, 3º de la
Brigada “Rey Alfonso XIII” II, de la Legión.
Sin embargo, disponían de menos tiempo
del habitual para recuperarla: en lugar
de seis semanas, fueron solo dos. A pesar
de ello, el caballero legionario García
Alba, legionario veterano, destaca que los
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