NACIONAL
didas contra la COVID-19», afirmaba el
comandante Jiménez, jefe de patrulla de
la tercera rotación que saltó. Desde su
punto de vista, apenas había percibido
en la instrucción este parón, ocasionado
por la crisis sanitaria, al mismo tiempo
que reconocía que para los saltadores
es mejor que, dentro del helicóptero,
tengan asientos vacíos a ambos lados,
ya que la movilidad y la seguridad son
mayores.
Sobre el terreno también se encontraba
el jefe de la BRI VI, general Sáez, que
quería comprobar si esta larga pausa
había incidido en la instrucción de los
militares, así como conocer las sensaciones
de los saltadores. «Los paracaidistas
y la gente joven siempre transmite buenas
sensaciones, moral, ganas de hacer
las cosas y voluntad», sentenciaba.
La prioridad ahora es continuar con la
instrucción del combatiente. También
con los saltos, con o sin carga, desde un
helicóptero Chinook o un avión Hércules.
Todo para volver a la tan deseada normalidad.
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