LO QUE AMOR/ROMA DEBE A LA LEGIÓN “ESPAÑOLA” - RAMÓN MELÉNDEZ-VALDÉS NAVAS - TENIENTE CORONEL

MEMORIAL INFANTERIA 68

MISCELÁNEA LO QUE AMOR/ROMA DEBE A LA LEGIÓN “ESPAÑOLA”. BATALLAS, INSURGENCIA Y COMBATE URBANO EN EL SIGLO I ANTES DE CRISTO RAMÓN MELÉNDEZ-VALDÉS NAVAS TENIENTE CORONEL 91 INTRODUCCIÓN. UNA LEGIÓN “ESPAÑOLA” A lo largo de su carrera, César consideró que sus legiones hispanas eran, con mucho, las mejores, y las utilizó en van-guardia de sus operaciones (Stephen Dando-Collins). Cleopatra pudo haber intuido que su arriesgada apari-ción en el epicentro del poder de su enemigo y herma-no- consorte Tolomeo XVI iba perdurar en la memoria de Egipto; al fin y al cabo a sus veintiún años era una reina sobradamente preparada. Pero hasta ella se habría sen-tido sorprendida, halagada, y divertida, de haber podido aplaudir el Julio César de Haendel en Glyndebourne, asis-tir a una representación de César y Cleopatra de Bernard Shaw, ojear Astérix y Cleopatra, o verse encarnada por Elizabeth Taylor o Vivien Leight; tan superiores en belleza como pobres en interés frente al original. Todo le interesaba, así que probablemente alguna vez de-tuviera la mirada en los curtidos veteranos enrolados en el extremo del mundo conocido, la antigua “tierra de conejos”, del este de una Hispania que la mayoría de los que se alistaron en el banderín de enganche de la VI Le-gión no volverían a pisar. Al pasar la reina, tal vez ellos evocaran a la novia, hermana, esposa… Suspiros aún sin pasodoble. Desde hacía siglos salían fuertes contingentes de la anti-gua Iberia, pero ahora ya no se trataba de tropas de al-quiler ni de auxiliares especializados, sino de ciudadanos integrados en las mejores unidades de Infantería pesada de la época, tal vez de la historia. No faltan estudios sobre las legiones romanas, pero suelen pasar por alto que la diferencia revolucionaria con la falange, al menos a partir de Mario, no radicó únicamente en una orgánica más flexible, sino también en conseguir un grado de eficacia y virtudes militares sostenidos décadas, siglos y, cuando hacía falta, prio-ritario sobre los intereses tangibles. Un espíritu de cuerpo superior al compañerismo instintivo y prima-rio, que impulsaba a los ciudadanos de las polis o de la Roma de los primeros tiempos y que sostenía a los guerreros a los que siempre terminaban derrotando. Era la victoria de la combinación de la eficacia profe-sional con una mística militar deliberadamente exalta-da, era el “triunfo de las águilas”. Hispanos formaron las legiones V, VI, VII, VIII, IX y en la famosísima X, algunas reclutadas por Pompeyo y presta-das a César para la guerra de las Galias1. Unos pocos ya habían protagonizado la increíble aventura de la primera razzia sobre Britania y la invasión en toda regla del año siguiente2, más gloria que plata en las dos ocasiones en que los clavos de las suelas de las caligaes de los vetera-nos de la VII y la X hollaron la húmeda tierra y humilla- 1 Dando-Collins, 2006, 13. Pompeyo, según este autor reclutó unos 35 000 hombres en Hispania en 65 a.C., una cantidad realmente considerable para la población del mundo antiguo. 2 Goldsworthy, 2010a, pp. 358-375. La espectacular aparición de Cleopatra inmortalizada por Gérôme


MEMORIAL INFANTERIA 68
To see the actual publication please follow the link above