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AEROPLANO 30

El 21 de septiembre de 1953 José Ortiz Echagüe informó al Consejo de Administración de CASA acerca de los pormenores de la próxima firma del contrato de la preserie del C-202. Allí confirmó que en el valor del contrato se había incluido una reducción del precio que había sido pedida por la Jefatura de Fabricación de la Dirección General de Industria y Material, pero a cambio se había incluido el déficit generado por el desarrollo de los prototipos y se ha - bían mantenido las clausulas de revisión (carestía de vida, precio de los materiales, etc.) en forma análoga a la que había sido propuesta por CASA. Finalmente el contrato llamado expediente 534/53 fue firmado entre CASA y el Ministerio del Aire a finales de octubre. Su cronología figura en la tabla 7. El contrato fue firmado por parte del Ministerio del Aire por Carmelo de las Morenas Alcalá, Rafael Urquiza Villanueva y Vicente Salto y Salto, y por parte de CASA estampó su firma Francisco Díaz Iboleón. Su valor se dividía en cuatro anualidades como sigue: año 1954:......17.249.368,50 pesetas año 1955:......11.499.579,00 pesetas año 1956:......10.062.131,62 pesetas año 1957:......18.686.815,88 pesetas Total: ............57.497.895,00 pesetas Los aviones debían ser entregados y recepcionados por la Zona Territorial de Industria nº 1 (Getafe) con el siguiente calendario: – El primer avión a los 27 meses de la firma del contrato. – Los aviones 2 a 9, ambos inclusive, diez meses después del primer avión. – Los aviones 10 a 20, ambos inclusive, seis meses después de la entrega de los aviones 2 a 9. Esos plazos estaban ligados a la disponibilidad del utillaje correspondiente que debía ser objeto de un contrato separado. A la luz de los problemas que se estaban padeciendo con los motores, los correspondientes a cada uno de los aviones, hélices incluidas, deberían estar en manos de CASA seis meses de su entrega. Los pagos a percibir por CASA se estructuraron de una forma diferente al caso de los prototipos, según el siguiente esquema: – Un 10% de anticipo una vez firmado el contrato (5.749.789,50 pesetas). – Un 20% de anticipo cuando CASA justificara el lanzamiento de pedidos de materias primas (11.499.579 pesetas). – Un 20% de anticipo para emplearlo en mano de obra cuando CASA hubiera aprovisionado el 80% al menos del valor de la materia prima (11.499.579 pesetas). – El 50% restante del valor de cada avión a la entrega de los mismos (28.748.947,50 pesetas). Tampoco la preserie del Halcón estuvo a salvo de los retrasos. Muy por el contrario la historia se repitió aumentada y corregida. El primer avión debería haber sido entregado al Ministerio del Aire en 1956, pero alcanzado este año ni se había podido lograr ni, lo que es peor, había alguien capaz de estimar una fecha. Las razones quedaron escritas en un informe elaborado por el comandante Lorenzo Blasco Ureña, inspector accidental de la Zona Territorial de Industria nº 1 en CASA (Getafe), fechado el 26 de agosto de 1956, donde indicaba que el primer C-202 de preserie se debería haber entregado el 12 de junio de 1956 según las estipulaciones del contrato, pero no había sido posible por las siguientes razones: – El retraso con el que se ha procedido a contratar el utillaje de producción necesario. Eso debía haber sucedido un mes después de la aprobación del contrato 534/53 como máximo, pero no se aprobó nada menos que hasta diciembre de 195517. – La falta de los elementos previstos en el Anexo 3 del contrato, es decir, aquellos que debería suministrar el Ministerio del Aire -motores y hélices como los más relevantes-. – A pesar de todos los problemas, antes del 31 de diciembre de 1955 CASA había aprovisionado el 80% de las materias primas necesarias para construir los aviones de la preserie. Un nuevo certificado del comandante Blasco Ureña, de fecha 19 de noviembre de 1956, presentaba un panorama aún más desolador, pues indicaba que: – CASA había terminado la construcción de conjuntos, estructuras y montajes en los aviones de preserie 2 al 20, ambos inclusive, pero no había podido entregar ninguno en condiciones de vuelo por no haber recibido del Ministerio del Aire ni motores ni hélices18. – Las operaciones que quedaban pendientes de ejecutar en los aviones suponían un 28,38% del importe total por lo que podría pagarse a CASA el 16,62% del valor de los citados 19 aviones según las cláusulas del contrato - sorprende la precisión del cálculo-. Llegado el año 1957 la situación permanecía invariable. El acta de la sesión del Consejo de Administración de CASA de 28 de enero exponía “la situación de paralización en que se halla este contrato ... a consecuencia de no habernos sido suministrados por el Ministerio del aire los motores para el mismo; siendo de prever que tal paralización ha de prolongarse por un espacio de tiempo que no será menor de dos años, habida cuenta de que los motores que el Halcón ha de llevar no están contratados aún”. LAS TRIBULACIONES DEL BETA-4 Mientras el primer prototipo C-202 luchaba con las dificultades creadas por sus motores Cyclone, el Beta-4 vivía un presente poco halagüeño. En un intento por solventar sus problemas de puesta a punto la Dirección General de Industria y Material y ENMASA negociaron la realización de un programa de 750 horas de ensayos al que se le asignó el Expediente 158/53. Iniciado 113 El primer C-202 Halcón aterriza en Getafe. Es una fotografía sin fecha, pero el avión tenía aún el tren de morro con dos ruedas, por lo que es anterior al 23 de mayo de 1953.


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