Fuentes para la guerra aérea en España

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algunos de ellos fueron operadores de armas en los aviones C-12 (McDonnell Douglas F4C Phantom II). Recuperado el prestigio y las funciones del título de Observador podría completar la formación de los aviadores que se considerase oportuno como ocurrió en el pasado. El futuro de la Aeronáutica y la Astronáutica no tiene límites y sus aplicaciones en el campo de la defensa serán esenciales para garantizar la paz y el progreso de nuestros conciudadanos. 1En el Reglamento para el Servicio de Aeronáutica Militar de 16 de abril de 1913 se determinaba que los observadores de aeroplano llevarían sólo el emblema de la Aeronáutica. Unos años más tarde este Reglamento fue modificado por el Real Decreto de 17 de septiembre que en el apartado último dedicado a Emblemas señala que se mantendrán los emblemas reglamentarios existentes “creándose, además, una insignia de observador de aeroplano consistente en una estrella dorada de cinco puntas, inscrita en el círculo rojo central del emblema de Aeronáutica Militar” 2En la Historia de la Aviación Militar del ICHA, 1ª Edición: septiembre de 1988, se dice: “Lo descorazonador fue el contenido del real decreto de 8 de enero de 1931, reorganizador de la Aeronáutica, y que supuso, limpia y llanamente su desmantelamiento.” 3Los detalles de la integración en la escala eran los siguientes: a cada aspirante que figuraba en la Escala del Servicio de 1926 se le daba una puntuación igual al número de años que hubiese estado en activo desde su promoción a alférez y a la cifra resultante se le sumaba otra igual al producto de los años servidos en Aviación multiplicados por 1,5. Una vez situado el personal en la Escala, los ascendidos por méritos de guerra contraídos durante esos años se beneficiarían de un avance del 10% del total de los de su empleo. Además se concedía por sus servicios excepcionales un avance del 20% al comandante Franco y a los capitanes Ruiz de Alda, Jiménez e Iglesias y un avance del 15% al comandante González Gallarza y a los capitanes Rodríguez y Haya. 4Durante su permanencia en esta Escuela se hizo piloto y creó un visor de bombardeo. En 1933 organizó el Servicio de Fotografía Aérea para la realización de un nuevo “Avance Catastral”. 5Ver Anexo núm. 72 del mismo libro de la nota anterior. 6Ver páginas 213-214 del tomo 3º de la Guerra Aérea de Jesús Salas Larrazábal y Anexo 45. 7Ver Anexo núm. 40 del primer tomo de la Guerra Aérea de Jesús Salas Larrazábal. 8Francisco Iglesias Brage había realizado en 1925 el curso de Observador, y tuvo una destacada actuación en las escuadrillas de Melilla. Participó en septiembre de 1925 en las operaciones de protección del desembarco de Alhucemas. El teniente Iglesias resultó herido y su avión derribado cerca de Dar Kebdani. Un año después su avión “De Havilland, DH-4 Rolls” fue de nuevo derribado y cayó al mar. En 1929 se hizo piloto y ascendió a capitán. Su trabajo como observador responsable de la navegación fue decisivo en el éxito de los vuelos del “Breguet XIX” Jesús del Gran Poder que realizó con el capitán Jiménez. Por esos vuelos los dos aviadores fueron premiados con la concesión de la Medalla Aérea. 9Ilustre aviador hermano de Ángel y José Orduna López también aviadores y ambos Medalla Militar individual. José Orduna causó baja en el curso de pilotaje en 1924, pero era tal su entusiasmo por el vuelo que el Jefe de la Aviación militar general Soriano le permitió seguir en el Servicio y que fuera designado para el curso de Observador. Realizado éste en mayo de 1925 fue destinado a la base de hidros de El Atalayón y allí a la escuadrilla de Dornier Wal mandada por Ramón Franco. El capitán José Orduna murió el día 13 de octubre de 1925 como consecuencia de las heridas recibidas el día anterior durante el bombardeo a unos cañones en Ihartén desde el hidroavión Dornier Wal núm. 2. Por esta acción de guerra y por los méritos contraídos en el periodo de operaciones comprendido entre el 10 de agosto de 1924 y la fecha de su gloriosa muerte se le concedió la Medalla Militar individual. El capitán Ángel Orduna López, observador del capitán Carrillo en el grupo “Rolls”, murió en vuelo el 4 de septiembre de 1924 siendo condecorado con la Medalla Militar individual. 10Se trata del prólogo al libro del capitán del Arma de Aviación Emilio Dáneo Palacios titulado “Apuntes de Fotografía Aérea”, publicado por EDITORIAL AERONÁUTICA, 1955. El citado prólogo está firmado por Miguel Orduna López, Coronel Director de la Escuela de Observadores. 11El T.2 fue la denominación del JUNKERS JU-52/3m 12Estos alumnos habían ingresado para el Servicio en Vuelo en la AGA y causado baja en vuelo en distintas fases de los cursos de pilotaje. 13La Ley 18/1975 cambió la estructura del Arma de Aviación creándose la Escala del Aire (E.A.), la Escala de Tierra (E.T.) y la Escala de Tropas y Servicios (E.T.S.) 14IMEC-EA abreviatura de Instrucción Militar Escala de Complemento-Ejército del Aire. 15Como comparación baste decir que los alumnos de las promociones que en esos años estaban en la AGA y realizaban el curso de Observador, volaban una media de 54 horas de prácticas que se consideraban insuficientes para cubrir las necesidades de una formación adecuada. 16Hasta entonces los observadores habían usado como emblema el de la Aerostación con el círculo rojo sin ningún distintivo. El mencionado decreto de septiembre de 1920 establecía que el distintivo de observador era una estrella dorada de cinco puntas inscrito en el círculo rojo. 17Ver artículo “Observadores desde el Aire” página 19 del número 28 de la Revista AEROPLANO. Fuentes consultadas y bibliografía FUENTES: ■ Archivo Histórico del Ejército del Aire. ■ Biblioteca Central del Ejército del Aire. ■ Hemeroteca Municipal de Madrid. ■ Archivo del Grupo de Fuerzas Aéreas de la Academia General del Aire. BIBLIOGRAFÍA: ■ De la Guardia, Rafael. Crónica de la Aeronáutica naval española. Madrid, diciembre de 2002. ■ Herrera Alonso, Emilio. Cien aviadores de España. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000. ■ Herrera Alonso, Emilio. Heroísmo en el cielo. Laureados de San Fernando en el Museo del Aire. SHYCEA. Madrid, 57 1988. ■ IHCA. Historia de la Aviación española. Madrid, septiembre de 1988. ■ Mellado Pérez, Rafael. Academia General del Aire. Crónica de 50 años (1943-1993). Quiron ediciones, 1993. ■ Salas Larrazábal, Jesús. Guerra Aérea 1936 / 39. Tomo I. IHCA, 1998.


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