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R. Bonomi. lanzamiento de torpedos desde un avión. Después de la experiencia española toma el mando de tres Stormi de bombardeo, primero el 30º después el 8º y por último el 36º. En 1939 asume importantes encargos del Estado Mayor y en la víspera de la entrada en la guerra mundial es ascendido a general de Brigada Aérea. Está a la cabeza del Cuerpo Aéreo Italiano que interviene en la Batalla de Inglaterra7 y, a continuación, con el grado de general de División Aérea, dirige el Sector Oeste en África Septentrional. Después del armisticio del 8 de septiembre de 1943 el mismo Mussolini lo llama en un momento delicadísimo para conducir la ANR, la fuerza aérea de la Repubblica Sociale. Estas pocas anotaciones no son suficientes para trazar un perfil del Ruggero Bonomi aviador, pero pueden hacer comprender que su testimonio es el de un oficial de notables capacidades profesionales. Sus escritos siempre se refieren a cuestiones relacionadas con el vuelo, acciones de guerra, hombres y máquinas a sus órdenes. Pocas son las concesiones a la retórica y al fanatismo8. El único libro autobiográfico en el que se hace alusión a la Guerra Civil española salido a la luz en la inmediata posguerra es “Un aviatore racconta le sue battaglie 1940-1943” de Francesco Aurelio di Bella (A. Renna Editore, Palermo 1950). Tras haber formado parte como subteniente piloto del XXIX Gr. de Bombardeo Veloz del comandante Gaeta, di Bella ha estado en el Depósito de Logroño y luego ha sido instructor en la Escuela de Especialistas de Málaga. Es uno de los muchos aviadores que quedan en España tras el final del conflicto y sus primeras páginas narran cómo los italianos de la ya disuelta Aviación Legionaria oyeron por la radio el anuncio del inicio de la segunda guerra mundial. Aun sin ningún tipo de noticia relacionada con la actividad desarrollada en el período precedente, el libro refiere el estado de ánimo de un combatiente valeroso - se le otorgará la Medalla de oro al valor militar en vida por las acciones de torpedeo llevadas a cabo en 1943 - que hace un balance de la participación de Italia en la Guerra Civil española. Un balance amargo, en el cual la desorganización y la modesta calidad de armas y materiales constituyen una señal premonitoria. Una fugaz alusión a la implicación personal en la guerra de España aparece también en “Uomini nei cieli” del General Giuseppe Valle9. Según lo que él escribe, en los últimos meses de 1938 los bombarderos de la Aviación Legionaria que van a soltar su carga de bombas sobre Barcelona deben desafiar la temible defensa de las artillerías antiaéreas. Por lo tanto hay que realizar estos servicios de noche, pero los pilotos manifiestan desconfianza acerca del empleo nocturno del S.79. Fue el mismísimo Mussolini quien les dijo que habría que disipar aquellas dudas “dando ejemplo”. Herido en el alma, el último día del año de 1938 el Gen. Valle –por entonces Jefe del Estado Mayor de la Regia Aeronautica– despega desde Guidonia, en las proximidades de Roma, a los mandos de un S.79 con una tripulación elegida por él mismo y se dirige hacia la capital catalana. A las 21:30 está sobre el objetivo, lanza las bombas sobre la estación marítima y retoma el camino de vuelta aterrizando de nuevo en Guidonia alrededor de la medianoche. Se trata de un episodio del cual no se sabe mucho más y que merecería sin embargo ser examinado en profundidad. MEMORIAS TARDÍAS Para leer otras memorias de un piloto italiano será necesario esperar más de veinte años, apareciendo en 1976 “Vita di pilota” de Corrado Ricci10. La larga espera en la aparición de estas memorias está recompensada por un buen libro que dedica a su experiencia en tierras ibéricas casi 60 páginas. Es un libro bien escrito, preciso en todo su contenido, riguroso y objetivo, que describe hechos y expresa juicios con ánimo franco y sincero. Y que se deja 60 Francesco A. Di Bella.


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