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A. Cique Moya tras un desastre han permanecido en pie, pero cuyo equipamiento y servicios estarán en riesgo. Mientras que los centros de categoría C tendrán una elevada probabilidad de que dejen de funcionar ya que no garantizan la vida y seguridad de los ocupantes41,42. Saber el nivel de preparación y seguridad permite conocer las fortalezas y debilidades del centro para en el primer caso potenciarlas, y en el segundo caso establecer procedimientos de mejora continua al objeto de reducir el riesgo y vulnerabilidad de los establecimientos de salud. De ahí que desde el punto de vista de vulnerabilidad a un incidente NBQ haya que tener en cuenta alguno de los siguientes aspectos para así determinar el citado índice en función del grado de seguridad medido. De hecho la inclusión, a pesar de los problemas de organización y gestión, del riesgo NBQ en el Plan de Emergencias o de Catástrofes externas es uno de los aspectos más importantes y más difíciles, desde el punto de vista de gestión, coordinación e integración, a la hora de establecer el índice de seguridad hospitalaria, así como el nivel de preparación para emergencias NBQ del personal que trabaja en el hospital y el grado de implementación del plan hospitalario para casos de desastre43. Para ello se tendrán en cuenta los aspectos relacionados en la tabla 1 en función de la capacidad funcional. Otros aspectos muy importantes que hay que tener en cuenta a la hora de evaluar el índice es la integración del plan dentro de otros planes, ya sean a nivel municipal como autonómico o nacional, evaluándose la no vinculación con un grado de seguridad bajo, vinculado no operativo con un grado medio y vinculado y operativo con un grado de seguridad alto. La realización de ejercicios de simulación o simulacros es uno de las variables a evaluar más importantes dentro del sistema de calidad, ya que como dice el aforismo de Benjamin Franklin «Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo», con lo cual se consigue que el personal se implique en el plan de mejora continua y se mejore en la respuesta a emergencias. De esta manera si no se realizan ejercicios se evaluará con un índice bajo, mientras que si hay planes y el personal está capacitado el índice será medio, y si por añadidura hay recursos disponibles para llevar a cabo ejercicios y simulacros se calificará con un índice alto. CONCLUSIÓN La experiencia demuestra que los centros sanitarios sufren las consecuencias de un incidente NBQ, ya sea natural o provocado, de forma directa, incluso con una única víctima, planteándose la necesidad de establecer centros de referencia especializados donde se dirijan los flujos de evacuación regulados, aunque esto no es óbice para potenciar la preparación de los centros hospitalarios para hacer frente a este tipo de incidentes. Debiendo el centro realizar un esfuerzo colectivo e individual para poder hacer frente a un incidente no convencional, tanto con medios organizativos como materiales mediante la inclusión dentro del plan de catástrofes del riesgo NBQ y la realización de ejercicio y simulacros que mejoren el nivel de preparación de la instalación. El problema es que ese esfuerzo colectivo, e individual, en la actualidad está fuera del alcance de la mayoría de los centros sanitarios. 48 Sanid. mil. 2015; 71 (1) A pesar de que todo el mundo habla de la coordinación e integración de los centros sanitarios en los Planes de Catástrofes externas resulta muy complicado pasar de la teoría a la práctica. Este hecho no es baladí, ya que esa potencial integración es un factor determinante a la hora de establecer, en el caso de que fuera necesario, el índice de seguridad hospitalario. Motivo por el cual se demuestra como vital el papel del centro coordinador como regulador de flujos en un incidente NBQ, toda vez que se siguen produciendo el mismo número de patologías que en un día cualquiera. La respuesta a un incidente NBQ debe ser multidisciplinar, gradual y progresiva, donde toda la cadena sanitaria pueda responder con eficacia a un incidente de estas características, iniciándose con la existencia de un centro coordinador eficaz, unos servicios de emergencia extrahospitalarios formados y entrenados, así como integrados con los servicios de emergencia no sanitarios que puedan controlar los flujos de víctimas hacia centros sanitarios de referencia especializados o no en la atención de los afectados en un incidente no convencional como puede ser un incidente NBQ.  BIBLIOGRAFÍA 1. International Atomic Energy Agency - IAEA. The Radiological Accident in Goiânia STI/PUB/815. IAEA, Vienna, 1988. 2. Dirección General de Medios de Comunicación de la Comunidad de Madrid. El consejero Güemes visita este centro, único en España, en su XXV Aniversario. Comunicado de prensa. Comunidad de Madrid, 30/09/08 (consultado 27/04/12). Disponible en: http://www.madrid.org/cs/Satellite?blobcol=urldat a&blobheader=application%2Fpdf&blobheadername1=Content-dispositio n&blobheadername2=cadena&blobheadervalue1=filename%3DNP+Visita +consejero+al+centro+de+radiopatolog%C3%ADa.pdf&blobheadervalue2 =language%3Des%26site%3DHospitalGregorioMaranon&blobkey= id&bl obtable=MungoBlobs&blobwhere=1220365031953&ssbinary=true 3. Bayo I. Entrevista a Rafael Herranz Crespo, director del Centro de Radiopatología y Radioprotección del Hospital Gregorio Marañón. Alfa Revista de seguridad nuclear y protección radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear. III trimestre 2011;15:24-29. 4. Portal de Salud de la Comunidad de Madrid. El Marañón analiza los aspectos sanitarios y organizativos en emergencias nucleares 01/02/2012 (consultado 27/04/12). Disponible en: http://www.madrid112.es/cs/Satelli te?cid=1142673252044&language=es&pageid=1159444389315&pagename= PortalSalud%2FCM_Actualidad_FA%2FPTSA_pintarActualidad&pestann a=3&vest=1159444389315 5. Nakajima T, Sato S, Morita H, Yanagisawa N. Sarin poisoning of a rescue team in the Matsumoto sarin incident in Japan. Occupational and Environmental Medicine 1997;54:697-701. 6. Nozaki H, Hori S, Shinozawa Y, Fujishima S, Takuma K, Sagoh M, Kimura H, Ohki T, Suzuki M, Aikawa N. Secondary exposure of medical staff to sarin vapor in the emergency room. Intensive Care Med. 1995 Dec;21(12):1032-5. 7. Okumura S, Okumura T, Ishimatsu S, Miura K, Maekawa H, Naito T. Clinical review: Tokyo - protecting the health care worker during a chemical mass casualty event: an important issue of continuing relevance. Cri Care 2005;9(4):397-400. 8. U.S National Research Council. Acute Exposure Guideline Levels for Selected Airborne Chemicals, Volume 3. U.S National Research Council. 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