El papel de la inteligencia artificial (IA) en la vida social, política y militar está creciendo exponencialmente. Esta obra recoge el papel que los algoritmos empiezan a jugar en el ámbito de la milicia.
Los márgenes temporales para la toma de decisiones y para la ejecución de las órdenes se estrechan cada día en función de la automatización de procesos y de la asignación de funciones concretas a las máquinas. Estas decisiones se basan en los datos obtenidos de sensores omnipresentes en combatientes, plataformas y en el mismo campo de batalla como escenario. La aplicación de técnicas de minería de datos y de Big Data permite mitigar la niebla de la guerra de la que hablaba Clausewitz.
Más allá de los sistemas de armas autónomos letales (SALAS), los “robots asesinos” y los condicionamientos éticos y legales que introducen, la IA permite avances en la eficiencia de la logística y la gestión del frente y la retaguardia. En el combate digital también será clave su utilización para adentrarse en el ciclo de decisión del adversario.