La Escuela de Caza estaba localizada en el municipio zaragozano de Gallur y el comandante Guido Nobili era el encargado de dirigir un plantel docente formado por cinco profesores italianos (con la única excepción del teniente español Ramón Senra Álvarez) y equipada con material aéreo trasalpino: IMAM Romeo 41 monoplazas y biplazas y Fiat CR 30 biplazas. En el mes de mayo de 1938 llegaron a Gallur los veintitrés pilotos que tendrían el honor de formar el que sería el 1º Curso de Caza y a quienes había que “limar” apresuradamente sus deficiencias de formación20. Acuña Lagos fue asignado al brigada instructor Vittorio Daffara21, de quien, pese a las numerosas “broncas” que le propinó, tiene un buen recuerdo. El piloto gallego deja patente su obsesión –e imaginamos que también la de sus compañerospor convertirse en un buen aviador de caza, pero gracias a Madariaga sabemos que el profesorado de Gallur se tuvo que emplear a fondo para corregir los errores más graves de sus jóvenes pupilos, ansiosos por sumarse al combate. Nobili y sus subordinados constataron en los aviadores novatos la dificultad en el control del avión, la realización de maniobras bruscas y el abuso del empleo de los pedales, la penosa instrucción en el vuelo en formación (que le costó al autor y a sus compañeros varios sustos y reprimendas), así como las dificultades en la navegación22. Buenos ejemplos de la dura labor que tuvieron que afrontar los profesores de Gallur en menos de dos meses en los que, por ejemplo, el propio Acuña fue arrestado tres días por realizar un ejercicio de acrobacia a muy baja altura sobre el campo de vuelo y Rey Stolle se vio obligado a lanzarse en paracaídas al no poder sacar su Romeo de una barrena. Daffara, por último, reprendió a Abundio Cesteros por unas maniobras peligrosas y al autor del Diario le amenazó con mandarlo a la Cadena. Por lo general, a todos los miembros de la 1ª Promoción se les exponía que, o mejoraban, o se tendrían que atener a las al peor “castigo” para sus espíritus combativos: no pasarían a volar el Chirri. En esta etapa de Gallur es interesante comprobar los sentimientos que rodean a los jóvenes aprendices de caza, en quienes se mezclan los primeros indicios de responsabilidad en el cumplimiento de la tarea, la alocada vida después del servicio en el 99 Romeo 41 monoplaza empleado en Gallur (IHCA). El brigada Daffara (primero por la izquierda) junto a otros compañeros delante de un Tupolev SB 2 desmantelado. (Foto A. Emiliani).
AEROPLANO 32
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