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AEROPLANO 32

Ansaldo A-300/4; un Albatros; y un monoplano diseñado por Eduardo Barrón que no se clasificó, pues había sido desarrollado a toda prisa a partir de primeros de enero de 1923. • Avión de bombardeo: Farman F.60 Goliath. Un Breguet XIX fue el encargado de abrir las demostraciones en vuelo. Tenía un motor Lorraine Dietrich 12D de 370 CV pero el modelo podía ser equipado con motores de 450 CV y, de hecho, el primer vuelo del Breguet XIX se había producido en mayo de 1922 con un motor Renault 12Kb de esa potencia6. El concurso de aeronaves tenía una doble finalidad. Además de modernizar a muy corto plazo la flota de la Aeronáutica Militar española, la cláusula 2ª de las condiciones legales estipuladas en las bases revelaba una segunda intención, tan importante o más que la anterior: Se admiten al concurso todas las Casas constructoras nacionales y extranjeras, sin más limitación para las últimas que la de sujetarse a la ley de protección a la industria nacional que en caso de que sea elegido alguno de los modelos por ella presentados, el material que se adquiera con excepción del primer lote, que constituye el premio de este concurso, habrá de ser construido todo en España. En otras palabras, se buscaba que el concurso permitiera el desarrollo ulterior de la capacidad de la industria aeronáutica española que por entonces estaba en situación precaria. JOSÉ ORTIZ-ECHAGÜE Y CASA José Ortiz-Echagüe Puertas, uno de los personajes más relevantes de la aviación española, no necesita aquí de presentación alguna. Con tan solo 32 años de edad Ortiz-Echagüe había ya dado sus primeros pero firmes pasos como empresario con la fundación de la Sociedad Anónima Electro Mecánica de Cataluña, una empresa constituida en diciembre de 1918 con un capital de 300.000 pesetas para, como su nombre indicaba, la producción, venta y reparación de material eléctrico y mecánico. Ortiz-Echagüe fue designado ingeniero director de la nueva empresa, cargo que no era incompatible con su calidad de capitán de Ingenieros en activo; de hecho en junio de 1922 iba a ser promovido a comandante. El carácter emprendedor que le había llevado a convertirse en creador de esa empresa catalana le invitó a perseverar en ese camino y poco tiempo después abrió un taller para fabricar piezas metálicas ubicado en el Cerro de la Plata, en la barriada de Pacífico de Madrid. En él, que contaba con unos 1.000 m² de superficie cubierta, llegaron a trabajar alrededor de un centenar de personas fabricando piezas metálicas para los más diversos fines, desde motores eléctricos hasta piezas de cocinas, pasando por elementos para motores de automoción y aviación. Sin embargo la gran aspiración de Ortiz Echagüe era crear una empresa constructora de aeronaves, el entorno en el que se había desarrollado su vida profesional desde 19157 y que, en consecuencia, conocía perfectamente. Se mantenía 75 La real orden declarando desierto el concurso de 1922-1923 (Gaceta de Madrid). Breguet XIX equipado con motor Elizalde Lorraine en el exterior de la factoría de Getafe. Formación de aviones Breguet XIX durante la fiesta de la construcción aeronáutica española celebrada en Getafe el 9 de junio de 1927. A la derecha, en la lejanía, el Cerro de los Ángeles.


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