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BOLETIN INFANTERIA MARINA 23

DESPEDIDA DEL GENERAL BERMUDO DISCURSO DE DESPEDIDA DEL GENERAL BERMUDO INFANTES DE MARINA: Después de 42 años y 24 días de servicio, siendo el comandante general durante más de tres años y medio, el próximo día 10 de septiembre pasaré a la situación de reserva. Me alejaré, que no abandonaré, de la vida militar que ha constituido la razón de ser de mi vida desde que tengo uso de razón. Me voy razonablemente satisfecho de lo conseguido a lo largo de estos años. Años en los que he disfrutado con cada actividad, con cada destino por el que he pasado, con cada minuto en compañía de tantos y tantos oficiales y tropa con que he tenido el privilegio, el honor y la satisfacción de trabajar. Me llevo un magnífico recuerdo de todos y cada uno de ellos, puesto que todos me han ayudado a ser lo que soy y como soy. Gracias. Pero el paso del tiempo es inexorable y la normativa quiere que pase a una situación previa a mi retiro: la reserva. Sinceramente, tengo que afrontarlo como una orden, pues me encuentro en perfectas condiciones para seguir adelante. Una orden que con disciplina se acepta y se ejecuta con lealtad. «Disciplina» y «lealtad», grandes palabras. Grandes conceptos de los que todo militar debe hacer su razón de ser. Su símbolo. Su filosofía. Pues ellas, disciplina y lealtad, unidas al espíritu de sacrificio y a la disponibilidad permanente, son la esencia de lo militar. Ahora, llegado este momento, me gustaría que mi última orden fuera que asumierais la disciplina, la lealtad, la disponibilidad y el espíritu de sacrificio como norma de actuación. La Infantería de Marina, la Armada y la Patria requieren soldados con unos altos ideales, virtudes y actitudes y, sin lugar a dudas, estoy convencido de que con disciplina, lealtad, espíritu de sacrificio y permanente disponibilidad tendréis llena vuestra mochila para servir a España como se merece. Indudablemente pasaréis momentos duros, momentos en los que querréis tirar todo por la borda. Momentos en que vuestros jefes o subordinados os defraudarán. Momentos en que vosotros mismos os defraudaréis y llegará a vosotros el desánimo y la desilusión. Es entonces cuando, tirando de disciplina, lealtad, espíritu de sacrificio y disponibilidad, superareis esos instantes y volveréis a ser el soldado, el infante de marina que España necesita. Ánimo, pues os queda una vida llena de trabajo, duro trabajo en ocasiones, pero también llena de satisfacciones. Yo me voy, como os decía, razonablemente satisfecho pues en mi haber hay más satisfacciones que decepciones. En mí siempre tendréis al infante de marina que solo ha querido ser eso: un soldado de la mar. Muchas gracias, suerte y que la Virgen del Carmen y san Juan Nepomuceno os acompañen siempre. Para finalizar os pido que una vez más gritéis conmigo: ¡VALIENTES POR TIERRA Y POR MAR! BOLETÍN DE LA INFANTERÍA DE MARINA 5


BOLETIN INFANTERIA MARINA 23
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