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BOLETIN INFANTERIA MARINA 23

HISTORIA Fernández Fecho junto otros oficiales días después del 18 de julio de 1936 De la declaración de su jefe de batallón, el 288º del Regimiento del ET Canarias 39, el comandante de Infantería Don Ramón León Villaverde, se extrae textualmente lo siguiente: “… que el Capitán Fernández Fecho actuó con gran espíritu y demostró gran valor principalmente en el duro bombardeo de que fue objeto esta unidad por la artillería enemiga el día 3 de Septiembre de 1937 entre La Salada y la Paridera de Mediana, viéndole animando con el ejemplo a su Compañía, la cual respondió muy bien a pesar de ser de las primeras veces que entraba en fuego. Que al siguiente día, y después de ser ocupada la altura de Valdelaserralla y en un bombardeo muy intenso de la aviación enemiga, resultó gravemente herido sin que su ánimo decayese en ningún momento…” De la declaración de su inmediato subordinado en la compañía, el alférez Guillermo Turiel Santiago, se extrae textualmente lo siguiente: “… que el día 4 de septiembre de 1937 fueron sorprendidos por la aviación enemiga. En el desconcierto que produjo la aparición de los citados aviones en un lugar en el que solamente nos encontrábamos fuerzas de Infantería sin defensa antiaérea alguna, el Capitán Fernández Fecho dio muestras de gran valor al disponer que los soldados tomaran la posición más conveniente en el caso de que los aviones arrojaran granadas. Hasta el momento de ver que todo estaba dispuesto no se ocupó de su seguridad propia. Yo insté repetidas veces al Capitán para que tomara las precauciones del caso, pero solamente después de convencerse de que todo estaba en el mejor orden posible accedió a echarse a tierra y lo hizo justo a mi lado. Los aviones en varias pasadas descargaron gran número de bombas y una de ellas debió de caer muy cerca de nosotros porque incluso nos cubrió completamente de tierra. Una vez que los aviones se alejaron comenzó el auxilio de los heridos. Yo no pude auxiliar a nadie ya que había sido herido en ambas piernas. Cuando fui trasladado al puesto de socorro de urgencia, encontré allí al Capitán Fernández Fecho tendido en una camilla y con heridas de suma gravedad. Mi Capitán no se quejaba en absoluto, solamente se lamentaba del número de soldados que por tan mala suerte habían sido heridos y desde la camilla en la que yacía quería dirigir las operaciones de auxilio y evacuación. Trasladados en ambulancias ingresamos en el Hospital Militar de 72 BOLETÍN DE LA INFANTERÍA DE MARINA


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