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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 860

objetivos y reconocimiento (ISTAR). Por todo ello, los UAV en manos de elementos hostiles constituyen una seria amenaza para la seguridad nacional y para el mantenimiento de la ley y el orden dentro y fuera del territorio nacional. Sin entrar en detalles sobre cómo contrarrestar la amenaza de los UAV, baste señalar que es fundamental disponer de sistemas de detección que sean capaces de discriminar entre los diversos elementos que aparecen en las pantallas de vigilancia como son pájaros, aviones civiles o militares, etc. Conviene recordar también que se está produciendo una mejora muy notable de las características de los misiles con el empleo de nuevas tecnologías diseñadas para permitirles burlar avanzadas contramedidas electrónicas y para operar a velocidades supersónicas o superiores. Los cañones electromagnéticos, los explosivos híbridos y las armas de energía dirigida, como los laser de alta potencia, así como las armas de microondas, obligarán en el próximo decenio a buscar protecciones adecuadas para el personal y los equipos propios. Otros avances tecnológicos como sistemas biomecánicos, las drogas para mejorar la memoria y los componentes sintéticos biológicos, cuyo desarrollo presentan riesgos añadidos, tardarán más tiempo en estar disponible pero es necesario seguir su desarrollo para evitar sorpresas tecnológicas. El componente nuclear en el siglo XXI Como es conocido, en el año 2016 son nueve los estados que poseen armamento nuclear: Corea del Norte, China, Francia, los Estados Unidos, India, Israel, Pakistán, Rusia y el Reino Unido. Hay muchos otros países con la posibilidad de conseguir ese tipo de armamento en un plazo más o menos corto. Actualmente existen en el mundo 17.300 cabezas nucleares aunque sólo los Estados Unidos y Rusia tienen más de 300 cabezas. Entre los estados con armas nucleares hay diferencias en la apreciación de las causas que justificarían una respuesta con ese armamento. Sin embargo, parece que los expertos están de acuerdo en que es cada vez más probable que El Secretario General de la OTAN delante de un Gobal Hawk del AGS de la OTAN. Varsovia, 8 de julio de 2016. algún estado pudiera usar armas nucleares tácticas para responder a amenazas convencionales incluyendo graves ataques cibernéticos. La respuesta nuclear seguirá siendo controvertida y de muy difícil ejecución cuando las amenazas, incluso nucleares, provengan de grupos terroristas o de criminales cibernéticos con localización dispersa. En los próximos años se necesitará una mayor voluntad política y el consenso internacional para luchar contra la muy peligrosa proliferación del armamento nuclear. TRES ESPACIOS PARA LA DEFENSA La defensa del siglo XXI está en evolución y tiene por escenario principal tres espacios que en gran parte se solapan y que se superponen a los tradicionales teatros de operaciones terrestre, marítimo y aéreo. Esos tres espacios son el cibernético, el electromagnético y el exterior. La importancia que ya tienen y que tendrán esos tres espacios para la defensa es trascendental y decisiva. En efecto, sin conseguir un dominio o al menos una superioridad local suficiente en esos espacios no será posible asegurar una defensa eficaz. Para ello se necesita realizar un planeamiento conjunto que tenga en cuenta esos tres espacios y los retos que los avances tecnológicos asociados presentan. Lograr la superioridad en esos espacios únicamente con capacidades propias será difícil y en ocasiones será conveniente la cooperación con aliados para conseguirla. El espacio cibernético Una preocupación mayor en la era de la información es la vulnerabilidad de los sistemas de almacenamiento y transferencia de datos a los ataques cibernéticos. Los expertos señalan que las operaciones cibernéticas serán consideradas como componente principal del espacio de combate interarmas. Dado que los sistemas de armas dependerán cada vez más de las redes de información, especialmente para integrar sensores y sistemas de mando y control, será esencial la protección cibernética y la resiliencia de nuestra defensa ante los ataques cibernéticos. En este marco, es preciso ser consciente de que cualquier uso del espacio cibernético que impacte infraestructuras críticas nacionales e internacionales puede dar lugar a respuestas militares de difícil valoración, incluyendo REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Enero-Febrero 2017 13


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