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AEROPLANO 30

Dos de las escuadrillas de “Natachas” acudieron en auxilio de las tropas defensoras 88 de este territorio, la 1ª y la 3ª, estableciendo su base de operaciones el 23 de abril en el aeródromo de Sinarcas (provincia de Valencia), situado cerca de los confines de Cuenca, junto al actual pantano (del Generalísimo). Dichas unidades no perdieron ningún avión en abril ni mayo, a pesar de que no se dejó de luchar en estos meses. Sin embargo, la 4ª Escuadrilla, la más alejada de este frente activo, sufrió la baja de un “Natacha” por parada de motor, hecho que se produjo el 26 de abril en Puerto Motril, en una misión de apoyo al frente de Granada. Esta 4ª Escuadrilla se incorporó después al frente de Levante, exactamente el 9 de mayo. Desplegó en el aeródromo de Requena, próximo al de Sinarcas y colindante con la carretera Madrid-Valencia y el ferrocarril Cuenca-Utiel-Valencia. La 2ª Escuadrilla se situó en La Garriga a finales de abril y destacó en las primeras semanas de mayo algunos aviones a El Prat de Llobregat en misión de vigilancia de costas, entre ellos el pilotado por el teniente José Gómez Gómez. A finales de mayo se reactiva el frente catalán con motivo de un importante contraataque gubernamental contra las cabezas de puente nacionales de Sort, Tremp y Balaguer. La 2ª Escuadrilla del Grupo 30 participa activamente en la lucha y pierde dos aviones, uno de ellos abatido el 24 de mayo por la artillería antiaérea en La Rápita y el otro derribado el 1 de junio en Sort cuando cumplía una misión de reconocimiento fotográfico. Perecieron el bombardero del primer avión caído y el fotógrafo que volaba en el segundo; es posible que también muriera a consecuencia de este derribo el piloto Ramón Repiso González, que fue ascendido a teniente, a título póstumo, con antigüedad de 2-6-38. El último día de mayo ascendieron a capitanes observadores1 los tenientes Ricardo Domingo Bochaca (quien pasó destinado a la 3ª Escuadrilla), Antonio Sirvent Carrillo y Manuel Ocaña Fariñas (quienes permanecieron en las escuadrillas 1ª y 3ª). BIELSA Y CASTELLÓN En la primera quincena de junio el Ejército nacional se aprestó a terminar con la resistencia de la 43 División gubernamental (Beltrán), cercada en la bolsa de Bielsa, sin más salida que la frontera francesa. El grandioso escenario que enmarcó la lucha en este sector estaba jalonado por imponentes picachos pirenaicos cubiertos de nieve. La 2ª Escuadrilla del Grupo 30 se desplazó de La Garriga al aeródromo de Llavorsí, en la cuenca alta del río Noguera Pallaresa, aguas arriba de Sort, y desde allí acudió a operar a los angostos valles de montaña del sector de Bielsa, situados a una gran altitud sobre el nivel del mar. Simultáneamente, las tropas nacionales seguían su ofensiva por el Maestrazgo. Entre los cuerpos de ejército de Castilla (Varela) y Galicia (Aranda) se situó el Destacamento de Enlace (García Valiño), que después de ocupar Mosqueruela varió su eje de marcha en casi noventa grados, cambiando su dirección NE-SO inicial por otra NO-SE que le dirigía hacia Castellón, donde debía enlazar con las tropas de Aranda que avanzaban por la costa. Las fuerzas defensoras estaban integradas en los cuerpos de ejército XIX (Vidal), XX (Durán), XXI (Güemes) y XXII (Ibarrola), todos ellos subordinados al Ejército de Levante (Leopoldo Menéndez). Pronto se les unirían los de nueva creación XVI (Vallejo), y XVII (García Vallejo), que llenaron el hueco de las dos grandes unidades asturianas perdidas en el Norte. La 4ª Escuadrilla que, como sabemos, estaba en Requena desde el 9 de mayo, participó A finales de mayo de 1938 se reactiva el frente catalán por el importante contraataque gubernamental contra las cabezas de puente nacionales de Sort, Tremp y Balaguer. La 2ª Escuadrilla del G 30 pierde dos aviones activamente en esta fase de la batalla de Levante y perdió un avión el 14 de junio en Lucena del Cid, alcanzado por la antiaérea. Este mismo día cayó Castellón en manos de las tropas nacionales y a continuación fueron disminuyendo los combates en este extremo del gran arco que marcaba la línea del frente entre Castellón y Teruel. Se intensificaron, por el contrario, en la otra punta del arco, por donde reanudó el avance el Cuerpo de Ejército de Castilla. LA CONTROVERTIDA MISIÓN DEL 25 DE JUNIO DE 1938 Entre los días 18 y 19 de junio, el Cuerpo de Ejército de Castilla rompió la segunda línea fortificada al Sur de Teruel por el vértice de Creventada y al Sureste de Puebla de Valverde, dominando la carretera Teruel-Sagunto, pero su avance fue contenido el 20 y el 21. Del 22 al 24 el Cuerpo de ejército de Castilla reanuda su avance, ocupa el vértice Creventada y alcanza el río Mijares por el Norte de Sarrión. El 25 de junio el Ejército de Levante ordenó un contraataque general por este sector guarnecido a finales de ese mes por el XVI Cuerpo de Ejército de nueva creación y el XIII C.E., que debía ser apoyado por la aviación con el bombardeo del terreno al sur de la 2ª línea fortificada, de unos diez kilómetros de longitud en la parte más profunda. El mismo día 25, el general Varela había dispuesto que “hasta nueva orden” las divisiones de su Cuerpo de ejército quedasen en situación defensiva “no momentánea”. Ricardo Domingo, nombrado jefe de Estado Mayor de la 3ª Escuadrilla poco después de su ascenso a capitán, fue convocado a la Jefatura del Grupo 30 a mediados de junio con algunos días de antelación a la realización del servicio. Por razón de su cargo, además de programar y dirigir la navegación durante las misiones de vuelo, tenía que atender a la planificación de los servicios encomendados a su unidad, ya fueran estos de bombardeo o reconocimiento, visual o fotográfico. En la exposición que se hizo en la Jefatura del Grupo del Grupo se admitió que los “Natachas” no eran los aviones mas adecuados para el servicio previsto, que abarcaba un objetivo muy amplio en un sector con numerosas antiaéreas concentradas, pero se añadió que, desgraciadamente, no se vislumbraba alternativa alguna. Partiendo de esta perspectiva y para tratar de evitar sacrificios estériles se dejó a criterio de la propia escuadrilla ejecutante el cubrir o no la totalidad del objetivo, según aconsejaran las circunstancias. El capitán Domingo instruyó a los observadores y bombarderos para el lanzamiento bomba a bomba, con una secuencia determinada, para poder batir toda la profundidad del objetivo. Se previó, para caso de juzgarse necesario, que, tras una señal convenida, se descargaran todas las bombas en salva. Los pilotos debían estar muy atentos para no quedarse atrás en el viraje brusco y en picado que seguiría a la suelta de bombas, 1Diario Oficial del Ministerio de Defensa nº 131. Capitán R. Domingo, jefe de EM de la 3ª Escuadrilla del Grupo 30.


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