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REVISTA ESPAÑOLA DERECHO MILITAR 98

Esto es particularmente crucial ya que la parte referida a los crímenes de guerra en el Estatuto de Roma es inequívoca. La imprecisión del artículo 8, subpárrafos (2) (b) (xvii) y (2) (b) (xviii), ha creado ya una mayor ambigüedad en los términos referidos a las BTW. El lenguaje «asfixiante, venenoso u otros gases y de todos los materiales líquidos análogos o mecanismos» en el subpárrafo (2) (b) (xviii) está toma-do del Protocolo de Ginebra de 1925; todavía, a día de hoy, el propósito de este tratado (que extiende estas prohibiciones al uso de métodos de guerra bacteriológicos) no es parte del Estatuto de Roma. Algunos especialistas han resaltado que esta omisión significa que las armas biológicas no han sido incluidas88. Otros, sin embargo, asumen todo lo contrario: que han sido incluidas89, bajo la premisa de que el término armas envenenadas es «de primera prohibición» tanto para armas biológicas como químicas90. Un examen de la terminología, sin embargo, indica que el término «veneno» no incluye las armas biológicas. Los «elementos de crímenes», apartado añadido al Estatuto de Roma91, definen veneno como una sustan-cia que puede causar la muerte o serios daños a la salud en el curso ordina-rio de un evento debido a sus propiedades tóxicas92. Las armas biológicas son microorganismos con la habilidad de infringir daños o causar enferme-dades, las cuales no son usadas para fines profilácticos, para fines de pro-tección o para otros fines pacíficos93. Sabemos además que las toxinas son sustancias venenosas producidas por un ser vivo94. Científicamente, por lo tanto, las armas toxínicas son tanto toxinas como químicas95. La BTWC prohíbe el empleo de «agentes biológicos o microbiológicos, o toxinas» lo que implica que son de distinta categoría96. Desde que las armas biológicas 88 WAGNER, Markus: The ICC and its Jurisdiction-Myths, Misperceptions and Rea-lities, 8 de abril de 2003, en BOGDANDY, A. von y WOLFRUM, R. (eds.): Max Planck Yearbook of United Nations Law, vol. 7, Koninklijke Brill N. V., Holanda, 2003, p. 460. 89  DANDO, Malcolm R. y NIXDORFF, Kathryn: An Introduction to Biological Wea-pons, en MCLAUGHLIN, Kathryn y NIXDORFF, Kathryn (eds.): BioWeapons Prevention Project Biological Weapons Reader, Ginebra, 2009, p. 2. 90  COTTIER, Michael, Op. cit., p. 413. 91  UN General Assembly: Rome Statute of the International Criminal Court, Roma, 17 de julio de 1998, definiciones en artículos 6, 7 y 8. Encuadramiento y alcance en artículo 9. 92  Assembly of States Parties, Elements of Crimes: Article 8(2)(b)(xvii) War Crime of Employing poison or poisoned weapons, ICC- ASP/1/3, 9 de septiembre de 2002, p. 139. 93 BOSERUP, Anders, Op. cit., p. 8; vide UN General Assembly, Resolution 2603 (XXIV): A Question of chemical and bacteriological (biological) weapons, 16 de diciembre de 1969. 94 BOSERUP, Anders, Op. cit., p. 9. 95  COTTIER, Michael, Op. cit., p. 420. 96  Convention on the Prohibition of the Development, Production and Stockpiling of Bacteriological (Biological) and Toxin Weapons and on their Destruction, London, Mos- 268


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