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REVISTA IEEE 9

Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) Núm. 9 / 2017 http://revista.ieee.es/index.php/ieee 112 FAL como un «ejército cruzado» y mostrando hostilidad contra Estados Unidos, Israel y Hezbollah15. El 20 de mayo de 2007 las fuerzas de seguridad comenzaron a realizar registros en Nahr el-Bared, lo que fue contestado por los islamistas matando a un grupo de 25 soldados mientras dormían, desatando una confrontación al más alto nivel. Sin embargo, los reducidos medios del Ejército y las sólidas posiciones de los yihadistas provocaron que la batalla tomara la forma de un cerco de larga duración, prolongándose hasta comienzos de septiembre, cuando los últimos reductos en manos de Fatah al-Islam fueron ocupados por las FAL16. El rápido surgimiento de esta organización y su actuación no dejaron de suscitar múltiples hipótesis. Por un lado, se ha destacado la tolerancia siria para que sus combatientes atravesaran su territorio, lo que apuntaría a una cierta complicidad de Damasco con el fin de desestabilizar el Líbano. Otros subrayan que las Fuerzas de Seguridad Interior (cercanas al Movimiento de Futuro) habrían mostrado una evidente permisividad al aceptar la instalación de los yihadistas en Nahr el-Bared, al tiempo que habrían mantenido estrechos contactos con ellos, mientras Arabia Saudí y el Movimiento de Futuro habrían cooperado financieramente con el fin de reforzar a los grupos yihadistas suníes frente a Hezbollah. Finalmente, existen serias sospechas de contactos entre Fatah al-Islam y al-Qaeda, que buscaría un nuevo espacio para la yihad en el Norte del Líbano o simplemente emplear la zona como apoyo para sus actividades en otros países. En cualquier caso, lo que parece evidente es que distintos actores libaneses y extranjeros intentaron manipular a Fatah al-Islam para sus propios fines17. El riesgo de una nueva guerra civil reapareció en mayo de 2008, cuando algunas decisiones del gobierno libanés fueron consideradas por Hezbollah como un intento de privarle de su poder militar18. La respuesta fue la ocupación de Beirut Oeste, el feudo de la familia Hariri, derrotando a los grupos armados del Movimiento de Futuro, lo que supuso una enorme humillación para los suníes. Las tensiones pudieron ser nuevamente reconducidas para lograr un compromiso, los Acuerdos de Doha, que otorgaban a los partidos del 8 de Marzo un auténtico poder de veto dentro del gobierno, siendo interpretados por muchos suníes como una evidencia de que el Movimiento de Futuro era incapaz de defender los intereses de su comunidad19. 15  ALAGHA, Joseph E., «Ideological Tensions Between Hezbollah and Jihadi Salafism», en MARÉCHAL, Brigitte et al. (eds.), The Dynamics of Sunni-Shia Relationships: Doctrine, Transnationalism, Intellectuals and the Media, Londres: Hurst & Co., 2013, pp. 61-66. INTERNATIONAL CRISIS GROUP, «Nurturing Instability: Lebanon´s Palestinian Refugee Camps», Middle East Report, n.º 84, 2009, pp. 28-9. 16  GADE, op. cit., pp. 28-32. 17  ABDEL-LATIF, op. cit., pp. 18-9. ROUGIER, Bernard, The Sunni Tragedy, op. cit., pp. 82-170. 18  Estas decisiones consistieron en el intento de controlar la red telefónica de Hezbollah y la destitución del jefe de seguridad del aeropuerto de Beirut, cercano a dicha organización. 19  ABDEL-LATIF, op. cit., pp. 21-22. RABIL, Robert G., Salafism in Lebanon: From Apoliticism to Transnational Yihadism, Washington D.C.: Georgetown University Press, 2014, pp. 191-210.


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