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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 858

Drone Barracuda. 3º Precaución en el ataque (¿se han adoptado todas las medidas de precaución posibles para minimizar los efectos del ataque?, ¿qué medidas establecen las SPINS?), recogidos respectivamente en los arts. 48, 51.2 y 52.2 (prohibición) del Protocolo Adicional I, 1977, y 13 del Protocolo Adicional II, 1977, a los Convenios de Ginebra, 1949; 51.5.b y 57.2.a.iii (proporción) PA I, 1977, CG, 1949; y 57 y 58 (precaución) PA I, 1977, CG, 1949, en la costumbre y jurisprudencia internacionales, así como en otras normas de menor entidad o valor jurídico como las (proyectadas) Reglas de la Guerra Aérea de 1923 o el (orientativo) Manual de la Guerra Aérea y con Misiles de 2009. En cuanto al principio de prohibición y en aras a determinar la legalidad del objetivo seleccionado (¿es la persona, la zona física, el bien o la instalación objetivo legítimo?) en misiones de reconocimiento táctico (TAR), los drones permiten observar un objetivo detenidamente tanto de día como de noche y en ocasiones bajo condiciones meteorológicas adversas gracias a sus sensores infrarrojos y radares de control, transmitiendo un flujo constante de imágenes del mismo y de su entorno al CAOC en tiempo real. En misiones de reconocimiento estratégico permiten obtener información de las capacidades militares de un país o de un actor no estático, del movimiento y concentración de sus tropas o efectivos, así como en torno al desplazamiento de masas de la población civil huyendo de los combates. Verificado lo anterior, esa misma información permitirá realizar una mejor estimación del posible daño colateral (CDE) y facilitará, en consecuencia, su minimización salvaguardando, al mismo tiempo, la protección de la fuerza propia o aliada y evitando así posibles bajas por fuego amigo. Por ejemplo, a nivel Force Protection pueden ser empleados en el seguimiento de patrullas o convoyes sirviendo de alerta temprana, detectando la presencia de vehículos y personas en la ruta y observar sus movimientos, convirtiéndose en formidables herramientas en la lucha contra la colocación de artefactos explosivos improvisados (IED). En misiones de apoyo al combate terrestre tipo CAS/ TIC los drones y la polivalencia de los equipos de comunicación y captura de imágenes incorporados a bordo facilitan la selección y designación de objetivos, auxiliando a otros medios de combate con algo tan simple como un iluminador laser o enfrentando directamente un objetivo mientras las fuerzas terrestres permanecen en zona segura; también como relé de comunicaciones, reemplazando a los satélites geoestacionarios con su siempre limitada (y desesperante) velocidad de transmisión y ancho de banda, piénsese en un convoy en zona de operaciones al que por la razón que sea dejara de funcionar su sistema de localización GPS, los drones permitirían al Comandante operacional no solo saber en todo momento su localización exacta sino utilizarlos como enlace alternativo de comunicaciones con los restantes centros de mando y control; por supuesto en misiones de guerra electrónica (EW) como medio para interferir las comunicaciones del adversario, las señales radar de defensa antiaérea y sus sistemas de posicionamiento GPS, asegurando la absoluta hegemonía de la fuerza aérea propia o aliada y negando el acceso al campo electromagnético de la radio y televisión del adversario con sus posibles acciones psicológicas; o como medio de apoyo al despliegue de tropas so- Schiebel_CAMCOPTER_S-100 988 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2016


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