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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 345

ES un hito sin precedentes para el proceso de integración de la Unión Europea. La muestra definitiva de que el modelo de defensa europeo ha pasado de ser un simple proyecto a empezar a ser una realidad». Con satisfacción «por el trabajo bien hecho e ilusión ante un desafío que dará forma definitiva a la seguridad común», es como la ministra española de Defensa, María Dolores de Cospedal, afronta la puesta en marcha de la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO en sus siglas en inglés). El próximo 15 de diciembre, los jefes de Estado y Gobierno de la Unión darán el sí definitivo al protocolo de adhesión firmado por los titulares de Defensa y Exteriores en noviembre y respaldarán cuáles serán los programas que primero se pondrán en marcha. Ha llegado el momento de que, a través de la PESCO, se permita —siempre que una mayoría cualificada lo avale— avanzar a los países que quieran ir más rápido en su integración en defensa y desarrollar capacidades conjuntas, invertir en proyectos compartidos, mejorar el adiestramiento o participar en operaciones. Es el fruto de un intenso trabajo, de años de camino conjunto incentivado por el impulso valiente ante las adversidades que tanto el Consejo como la Comisión han dado en los últimos meses liderados por España, Francia, Italia y Alemania. Los responsables de las instituciones y los Estados miembros han entendido que la mejor manera, quizás la única, de salir adelante y garantizar la seguridad de los ciudadanos es con la cooperación. Los jefes de Estado y Gobierno darán así solidez jurídica a la notificación suscrita el 13 de noviembre por los titulares de Defensa y Exteriores de 23 países de la Unión, incluido España, en la que confirmaban su intención de sumarse a la Cooperación Estructurada Permanente. También está previsto que respalden la Decisión del Consejo de Asuntos Exteriores que el día 11 de diciembre debe aprobar la primera lista de proyectos que se emprenderán en el marco de la PESCO. Esta fórmula de cooperación ya estaba incluida en el Tratado de Lisboa (artículos 42, apartado 6, y 43) pero nunca se ha utilizado hasta ahora. Pero ha llegado el momento: la realidad estratégica presenta un panorama con nuevos riesgos y amenazas —el terrorismo yihadista ha sacudido el corazón mismo de la Vieja Europa—, la inestabilidad invade nuestro entorno cercano y la crisis económica limita los presupuestos. «Podemos actuar juntos, podemos hacer que nuestros ciudadanos vivan más seguros», afirmó tras la firma de la notificación de los 23 países Federica Mogherini, Alta Representante de la Política Exterior de la UE. A diferencia del euro, la Cooperación Estructurada Permanente es una herramienta flexible, que no exige ningún requisito pero sí es vinculante, es decir, los compromisos adquiridos tienen que cumplirse y su aplicación se evaluará periódicamente, tanto por la Alta Representante de la Política Exterior como por el Consejo. Por su parte, la Agencia Europea de Defensa examinará regularmente las contribuciones de los países integrantes. Eso sí, la participación en cada uno de los proyectos es voluntaria y la toma de decisiones seguirá estando en manos de los Estados miembros. El protocolo 10 adjunto al Tratado, establece que para poder incorporarse a la PESCO en defensa, los países deben asumir una veintena de compromisos que van desde aumentar el gasto de defensa, hasta participar en más proyectos conjuntos de armamentos y contribuir en las misiones. También tener la capacidad, a más tardar en 2020, de aportar unidades de combate y apoyo logístico para las misiones de seguridad mencionadas en el artículo 43 del Tratado y que puedan ser desplegadas en caso de necesidad en un plazo de cinco a 30 días. Según especifica la notificación suscrita el pasado noviembre —considerada la primera puesta en marcha formal de la PESCO—, los países adheridos se comprometen a mejorar sus capacidades a partir de proyectos multinacionales (con al menos tres empresas de dos o más países) que podrán ser financiados con cargo al nuevo Fondo Europeo; a participar en las conferen- Diciembre 2017 Revista Española de Defensa 7 EMAD Los países que lo deseen podrán poner en marcha una misión o ampliar una ya existente si así lo decide una mayoría cualificada (en la foto, EUTM Somalia). La PESCO es una herramienta vinculante que exige una serie de compromisos


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