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AEROPLANO 35

101 Avionetas Bü 131 listas para aceptación y entrega en el aeródromo provisional habilitado junto a la factoría de Cádiz avionetas tendría lugar en la factoría de Cádiz –donde al final quedaría definitivamente–. El presupuesto total del plan, una vez deducido el importe de las maquinarias adquiridas por Ortiz-Echagüe en Alemania en noviembre de 1937, ascendía a 13.750.000 pta., para cuya financiación habría que acudir a los accionistas y las entidades bancarias que habían apoya-do a CASA en el pasado. CASA puso en conocimiento de la Jefatura del Aire con una carta del 10 de abril de 1938, que se proponía efectuar una ampliación de capital de 14.000.000 pta. (hasta un ca-pital social total de 17.500.000 pta.). Quedaba así anulado el acuerdo de ampliación del 22 de febrero de 1936 –por valor de 1.500.000 pta. como se recordará– que no había llegado a consumarse. Se convocó además una Junta General or-dinaria para el 25 de mayo en la factoría de Cádiz, que no pudo celebrarse por falta de quorum, procediéndose en con-secuencia a convocar una Junta General extraordinaria para el 11 de junio. En esta segunda convocatoria, celebrada en la sede social del Banco de Bilbao de la capital vizcaína, comparecieron 41 accionistas titulares de un total de 74, por lo que al en-contrarse presentes por encima de la mitad más uno de los poseedores de acciones había esta vez suficiente quorum. La ampliación de capital quedó aprobada entonces. Se reali-zaría mediante la emisión de 28.000 acciones de 500 pta., de iguales características que las anteriormente emitidas y en circulación, cuyas fecha y distribución quedaban en manos del Consejo. La mitad de ellas fueron emitidas el 18 de junio, y en la siguiente reunión del Consejo –11 de julio– se pudo verificar que la operación tuvo un importante éxito. En esa fecha de las 14.000 acciones emitidas se habían adjudicado ya 13.842 acciones. Destacaban entre los suscriptores de la emisión el Banco de Bilbao (4.850 acciones); el Banco de Vizcaya (2.000 acciones); La Vasconia (1.000 acciones); Elizalde, SA, (1.000 acciones); el Banco de Aragón (900 acciones); Ricardo Goizueta Díaz (741 acciones); el Crédito Navarro (500 accio-nes); el Banco Castellano (500 acciones); Francisco Brandón (397 acciones); José Ortiz-Echagüe (350 acciones); y Manuel Escoriaza (300 acciones). A finales de julio de 1938, junto a la factoría de Cádiz, se había habilitado por el Ayuntamiento un terreno que permitía el aterrizaje y el despegue de avionetas. Era un aeródromo provisional que permitiría construir allí las avionetas que se iban a contratar en Burgos el 8 de agosto, a razón de cin-cuenta Bü 131, veinticinco Bü 133 y veinticinco Go 145 –es-tas últimas se construirían en Getafe en 1942–47. Sin lugar a dudas pensando en la producción de los Do 17, la Jefatura del Aire había asegurado a CASA que tenía previsto aprobar la construcción de uno de los más importantes aeropuertos de España «al borde de la Bahía»48. Huelga decir que esos planes nunca fueron llevados a la práctica, si bien la Direc-ción General de Infraestructura del Ministerio del Aire cola-boraría en la mejora y mantenimiento del modesto campo de aviación de Cádiz. En cuanto a la nueva factoría de Sevilla, las gestiones para la adquisición de los terrenos habían sido llevadas por Ricardo Goizueta Díaz, quien finalmente había optado por una parcela de unos 100.000 m² localizada en la Dehesa de Tablada, quedando solo pendiente a la conclusión de julio de 1938 la firma de la escritura pública de compra, que había sido convenida a 6 pta./m². Allí serían construidos 36 He 111 bajo otro contrato firmado en Burgos el 3 de septiembre de 1938; la factoría debería ser erigida en el plazo de un año a partir de entonces, y el primero de los He 111 debería salir de ella en septiembre de 1940. Eran estos últimos sendos objetivos inalcanzables, como el paso del tiempo se encargaría de demostrar. En febrero de 1941 había quedado concluida la construcción de la factoría de Sevilla, y designado provisionalmente el personal que ha-bría de hacerse cargo de su puesta en marcha. Francisco Lozano Aguirre, lejos ya los sucesos que le impulsaron a di-mitir como director de la factoría de Cádiz en diciembre de 1933, fue nombrado director de la nueva factoría en noviem-bre de 1941 con efectos del 1 de enero siguiente, y las insta-laciones fueron poniéndose en marcha poco a poco según disponibilidad. En febrero de 1942 estaba prácticamente ter-minada, a falta de detalles de decoración y de instalación en el comedor de empleados, de la nave de pintura y de algu-nos servicios auxiliares. En definitiva, la bendición de la nue-va factoría de CASA no tendría lugar hasta el 14 de diciembre de 1942. Con ese motivo se celebraría en Sevilla la reunión número 165 del Consejo de CASA al día siguiente, aprobándose para conmemorar el acontecimiento la conce-


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