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tregados por el Gobierno nacional a los misioneros capuchinos de Castilla en 1944 mediante un convenio suscrito en-tre las partes. Un año más tarde, los capuchinos establecieron una misión, justo en la frontera de otra tribu de indios, los yu-pa. Los misioneros comenzaron la tarea de organizar la agricultura y ganadería. Desgraciadamente, los indios venían por la noche a robar sal, herramientas, sogas, alambres etc. También en ese tiempo hubo ataques sangrientos de un grupo de motilones contra otro grupo de motilones en haciendas vecinas a dicha misión. Después de un año de permanencia y como no cesaban las luchas entre yu-pas, motilones y criollos, los misione-ros pidieron a las autoridades puestos avanzados de la Guardia Nacional pa-ra contener a unos y otros, pero no lo consiguieron. Por ello, se ideó la Campaña Aero Pro-Pacificación de los motilones, con-sistente 154 en vuelos de reconocimiento y bombardeo, mediante aeronaves que lanzaban en paracaídas las mismas co-sas que robaban en la misión. A estos regalos se les llamó “bombas de paz”. En dos años, de 1947 a 1949, se reali-zaron 37 vuelos y se inventó el eslogan de la campaña: «Dádivas quebrantan peñas». Pero el empeño de los misioneros era conseguir un helicóptero para descen-der entre los motilones, pues la penetra-ción por tierra era totalmente imposible. Finalmente lograron del Gobierno na-cional la promesa oficial de dos vuelos mensuales con helicópteros. Hasta se formuló un nuevo eslogan: «Con avión indios a la vista; con helicópteros, in-dios en la mano». Desafortunadamente la promesa apenas se cumplió. En los primeros años de la década de los cincuenta, para que Cartografía Nacional pudiera realizar estudios en la región de Perijá, Aerotécnica despla-zó a Machiques tres helicópteros. In-mediatamente los capuchinos hicieron una visita a la sede de la compañía. Fueron recibidos por los pilotos Ermis Ferrarin e Ignacio Maceín, a los que pidieron volar hasta la reserva de los motilones. Convencieron a los pilotos y finalmente, el 9 de febrero de 1954, dos helicópteros: el primero pilotado por el capitán Levi David (venezolano) y Ermis Ferrarin (italiano), y como pa- Los indios motilones con los padres capuchinos Volando en la selva de Venezuela


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