internacional Es la primera ampliación de la OTAN desde 2009 y evidencia el acercamiento de Podgorica a Occidente un control absoluto del mar Adriático». Para la mencionada analista «el interés de Montenegro es, sobre todo, alejarse de Rusia». Por su parte, la experta rusa en asuntos balcánicos Elena Guskova considera que la razón principal de Montenegro es acercarse a Occidente. «A partir de ahora —dice Guskova— empezará a desarrollarse la infraestructura de la OTAN, lo que supone la creación de bases y el despliegue de tropas, algo que afectará a la economía, la seguridad y el turismo del país». En la misma línea, el analista del Instituto de Estudios Europeos de Belgrado, Stevan OTAN Miembros de la unidad de rescate del Ejército de Tierra de Montenegro durante el ejercicio Gora de la OTAN celebrado en 2016 en la capital, Podgorica. Gáyic, cree que el siguiente país balcánico dispuesto a entrar en la Alianza podría ser Macedonia, por estar situado en el centro neurálgico de importantes corredores de transporte terrestre. Para Borja Lasheras, director de la delegación en Madrid del European Council on Foreign Relations, con la adhesión de Montenegro la OTAN quiere demostrar que el espacio euroatlántico es un componente de estabilización y mantener vigente la idea de que la región tiene futuro en él y no será «tierra de nadie». Una recomendación que alu- MIRADA A EUROPA Montenegro —con cerca de 14.000 kilómetros cuadrados y algo más de 600.000 habitantes— era una de las repúblicas que formaban la antigua Yugoslavia, y tras independizarse de Serbia en 2006, fue oficialmente invitada en diciembre de 2015 a adherirse a la OTAN. Se trata de la primera ampliación de la Alianza Atlántica desde abril de 2009, cuando ingresaron Croacia y Albania. Tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y la disolución del Pacto de Varsovia, la extensión de la Alianza hacia el Este se inició en 1999, año en el que entraron Hungría, Polonia y la República Checa; en 2004 lo hicieron Bulgaria, Rumanía, Lituania, Letonia, Estonia, Eslovenia y Eslovaquia. Con la entrada de Montenegro, otros países que ya están en la Asociación para la Paz desde hace años, como Georgia, Bosnia-Herzegovina y Macedonia, han manifestado su deseo de incorporarse a la organización defensiva occidental y esperan que ahora se acelere el proceso para su ingreso. Al poco tiempo de independizarse, tras la ruptura con Serbia, Montenegro adoptó un plan de seguridad nacional y creó un Ministerio de Defensa. El nuevo Estado reafirmó su compromiso de formar parte de los sistemas de seguridad internacionales reestructurando gradualmente sus fuerzas armadas. Según datos recientes, el ejército montenegrino está basado en efectivos terrestres (unos 60 carros de combate de fabricación rusa y 300 piezas de artillería) y, debido a su pequeño presupuesto militar, no se descarta que prescinda de la fuerza aérea propia, y encomiende esta protección de forma definitiva a terceros países. Desde el primer momento del ingreso de Montenegro, la OTAN vigila ya el espacio aéreo de ese país. «Nuestros ahora aliados Italia y Grecia —declaró el ministro de Defensa montenegrino, Predrag Boskovic— se encargarán del control del espacio aéreo y patrullarán en el aire igual que lo han hecho para Albania desde 2009». Montenegro protegerá su espacio aéreo solo con helicópteros a baja altura. Por tratarse de un país pequeño, con un minúsculo ejército, la aportación militar más valiosa de Montenegro viene dada por su situación estratégica, con acceso a importantes puertos como los de Bar, Herzeg Novi, y Kotor, lo que extiende el control de la OTAN a toda la costa del mar Adriático, exceptuando una pequeña franja de 19 kilómetros en Bosnia-Herzegovina. «Es difícil decir por ahora si habrá despliegue de instalaciones de combate de la OTAN en Montenegro —explica el coronel Boris Prodopigora, presidente del Club de Resolución de Conflictos de San Petersburgo—.Todas las bases importantes están en la costa del otro lado, cerca de Nápoles, pero es obvio que se trata de un punto estratégico regional importante para el conjunto de la Alianza Atlántica». Una opinión similar mantiene Mira Milosevic, investigadora para asuntos balcánicos del Real Instituto Elcano. «Montenegro tiene una ubicación de importancia enorme para la OTAN. Junto con Albania (que ya es miembro de la Alianza), Croacia y Eslovenia, además de Italia en el otro lado, le permite Marzo 2018 Revista Española de Defensa 55
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