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internacional Las Fuerzas Armadas montenegrinas están en un proceso de reforma de su estructura y de modernización del material de también a Bosnia-Herzegovina, país candidato a entrar en la OTAN desde 2007. Lo que es evidente es que el hecho de que Montenegro sea un aliado de pleno derecho supone un importante paso atrás de Moscú en el sureste de Europa y deja a Rusia sin capacidad en el Mediterráneo para llevar a cabo operaciones militares de envergadura en Oriente Próximo. Sin embargo, no parece que las actuales diferencias entre Rusia y Montenegro puedan poner en peligro las vinculaciones económicas entre ambos países. Hay unos 7.000 ciudadanos rusos que residen permanentemente en Montenegro, y unos 80.000 son propietarios de urbanizaciones y residencias en buena parte de la costa montenegrina. Rusia es también el principal inversor en el sector inmobiliario y la industria pesada, y los turistas rusos (unos 200.000 en 2017) son casi el 40 por 100 del total de los extranjeros que visitan el país cada año. EL EXTRAÑO GOLPE En noviembre de 2016 la fiscalía de Podgorica, capital de Montenegro, acusó a Rusia de orquestar un rocambolesco intento de golpe de Estado. La fiscalía explicó que dos semanas antes, el 16 de octubre, habían sido detenidos unos veinte ciudadanos serbios y montenegrinos implicados en la conjura que, supuestamente, incluía el asesinato del entonces primer ministro, Milo Dukanovic, la noche misma de las elecciones. Según el gobierno de Podgorica, mercenarios y agentes vinculados a grupos de poder rusos habían intentado derrocar al Gobierno y fueron imputados en ausencia. La acusación, de acuerdo con la versión del fiscal especial Milvoje Katnic, incluía también a un antiguo comandante de las fuerzas especiales serbias. El plan golpista consistía en que los asaltantes entraran armados en el Parlamento, mataran a Dukanovic y establecieran un gobierno de coalición favorable a Moscú. Pese a esto, el mismo fiscal Katnic reconoció que no existía evidencia de que el gobierno de Moscú hubiera estado implicado en el complot, aunque «dos nacionalistas rusos» habían sido los organizadores. Los golpistas —según Katnic— eran unos cincuenta, entre ellos varios tiradores de elite, que, según los planes esgrimidos por la fiscalía, esperaban en Serbia durante la noche electoral para cruzar la frontera y perpetrar el golpe. El fin último era dar el poder a un gobierno antieuropeo e impedir que Montenegro ingresara en la OTAN. Miembros de la guardia costera del país balcánico durante unas maniobras. Fuerza Aérea de Montenegro/EFE Dos helicópteros de la fuerza aérea montenegrina en una misión de vigilancia del espacio aéreo. OTAN 56 Revista Española de Defensa Marzo 2018


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