La aviación española en la campaña de 1913 - José Ignacio Mexia Algar

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La aviación española en la campaña de 1913 José Ignacio Mexia Algar Col. de Ingenieros, miembro de la Asociación Española de Militares Escritores En 1913 la aviación militar era ya un hecho. El R.D. de 16 28 de febrero de ese año había creado la Aeronáutica Militar con dos ramas, Aerostación y Aviación, estable-cidas en dos ciudades, Guadalajara y Madrid. En esta fecha, realmente, nace la aviación militar o, al menos, es su partida de bautismo1. Pero el camino hasta este fin había sido largo; y a modo de recordatorio y como breve introducción se enumeran los hitos y fechas más importantes del mismo:  En 1884 se crea la primera unidad de Aerostación Militar en España. El rey D. Alfonso xii, por R. D. de 15 de diciembre, ordenaba a la 4.ª Compañía del Batallón de Telégrafos: «la conservación, infla-ción y manejo de los globos aerostáticos».  El R. D. de 17 de diciembre de 1896, firmado por el entonces ministro de la Guerra, Azcárraga, crea-ba el Servicio de Aerostación como unidad inde-pendiente integrado dentro del Establecimiento Central de Ingenieros. La Aerostación quedó for-mada por el Parque Aerostático y una compañía de aerostación, además del Palomar Central, la fotografía militar, y quedó bajo el mando del co-mandante de Ingenieros Pedro Vives Vich.  En 1909, el coronel Vives y el capitán Kindelán emprenden un largo viaje con objeto de estudiar los últimos avances de los dirigibles y aeroplanos en Europa.  La R. O. de 2 de abril de 1910 dice: «… sien-do de la exclusiva competencia del Cuerpo de Ingenieros militares cuanto se relaciona con los servicios de Aerostación, Aeronáutica y Aviación, el Rey (q.D.g.) ha tenido bien disponer que por el Parque Aerostático se proceda al estudio del tipo de aeroplano que más convenga a nuestro Ejército». En febrero del siguiente año, 1911, y de-bidamente embalados en cajones de madera, dos aeroplanos Henry Farman y un Maurice Farman llegan a Cuatro Vientos.  La R. O. C. de 7 de marzo de 1911, aprueba el Reglamento para la Experimentación de Aero-planos que permite la formación de los prime-ros pilotos. Puede decirse que esta fecha es el nacimiento de la aviación. Pocos días después comienza el primer curso de pilotos militares es-pañoles que lo componen los capitanes de Inge-nieros Alfredo Kindelán Duany, jefe del aeródromo de Cuatro Vientos, Enrique Arrillaga López, de la Comisión de Experiencias y Emilio Herrera Linares del Servicio de Aerostación, y los tenientes del mismo cuerpo y destino Eduardo Barrón y Ramos de Sotomayor y José Ortiz Echagüe Puertas. To-dos ellos eran ya expertos pilotos de globo libre con sólida formación técnica y científica. A partir del segundo curso se abre el acceso a oficiales de todas las armas, cuerpos e institutos del Ejér-cito el acceso a estos cursos, siendo el primer país europeo que lo posibilita y el tercero acuden el que se incluyen oficiales de la Armada. 1º y 2º Curso de pilotos, Aeródromo Militar de Cuatro Vientos (1911-1912) Imagen: Archivo de Historia del EA (AHEA)  El R. D. de 28 de febrero de 1913 (D. O. n.º 48, CL 32), crea el Servicio de Aeronáutica Militar que se regiría por su reglamento, aprobado por R. O. de 16 de abril de 1913. Sobre las misiones de los aeroplanos en acciones de gue-rra, ya llevaban tiempo preparándose en la base de Cuatro Vientos. El capitán Kindelán y sus colaboradores eran cono-cedores del entrenamiento y preparación de los pilotos en las unidades de aviación existentes en otras naciones euro-peas. Así, en Alemania se habían creado dos nuevas bases en 1913 en Koenigsberg y Posen, donde se formaban pilotos y se realizaban experiencias de lanzamiento de bombas desde sus biplanos. Por su parte, el Reino Unido decidió la fabrica-ción de aviones de gran tamaño capaces de permanecer en el aire más de treinta y seis horas y también se estudiaba la forma del lanzamiento de bombas desde aeroplanos y dirigi-bles. Bélgica adquiere 24 aviones Farman y establece aeró-dromos en Lieja, Namur y Amberes. A su vez Italia concentra toda su fuerza aérea en Turín. Por parte de la rama de Avia-ción de la Aeronáutica Militar española se habían realizado estudios y gestiones para dotar a sus aeroplanos de visores y bombas de caída vertical, en caso de una previsible utiliza-ción en campaña; en concreto el capitán Barrón había dise-ñado un visor.


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