de nuestros compañeros de promoción habían pasado el mes de agosto de vacaciones y no habían tenido la oportunidad de ver la portada del libro de su avión, pero nosotros, destinados en una escuela que no puede permitirse formar pilotos fuera de la temporada estival, ya habíamos realizado las misiones de acomodación, tomas y despegues, lanzamientos paracaidistas, formaciones, aproximaciones instrumentales… y ese ha sido el mejor ejemplo de la operatividad del 721 Escuadrón, «te vas a hinchar a volar, pero a volar de verdad», nos decían todos los instructores de la unidad. Pero me gustaría poner al lector en antecedentes; y es que si la Región de Murcia es un lugar privilegiado para la práctica de paracaidismo por sus más de 300 días de sol al año, la base aérea de Alcantarilla lo es más. Gracias a la escasez de viento, por encontrarse ubicada al abrigo de dos sierras, consigue reunir las condiciones más propicias para que no se cancelen apenas lanzamientos, incluyendo los primeros saltos de los cursos básicos de paracaidismo, con un límite de viento máximo de ocho nudos, «una brisita». Pero esa escasez de viento que tanto favor ofrece a la operatividad paracaidista, en agosto y con cuarenta grados a la C-212 del 721 Escuadrón en el aparcamiento de la base aérea de Alcantarilla 492 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Junio 2019
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