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EXTRACCIÓN DE NO COMBATIENTES Bernardo es un ibernessio con esposa y dos hijos. Su profesión y el contrato con una multinacional le han hecho estar desde hace más de cinco años en territorio de Nordia. Él vive en Torio, una ciudad a dos horas en coche de la frontera de Iberness. Desde que empezaron las acciones invasivas de Nordia en Iberness, las revueltas y manifestaciones se han sucedido de forma continua en casi todas las grandes ciudades. En Torio, desde hace ya poco, se hacen habituales los ataques a las familias originarias de Iberness que la autoridad policial no es capaz de evitar. Esta mañana le ha llamado la embajada; le ha dicho que este preparado con su familia y que a las 12:00 vaya al consulado que se encuentra cerca de su casa. De eso, han pasado ya horas, pues cuando se personó había allí también otras tantas familias. Una fuerza armada con vehículos militares los escoltó inicialmente y los condujo al aeropuerto. En ese momento fueron sometidos a un proceso de clasificación. Finalmente, y tras varias horas, él y su familia fueron embarcados en un avión militar que, aún con los motores en marcha, acababa de llegar al aeropuerto de Torio. El avión despegó de forma brusca y, tras una hora de vuelo, aterrizó en un aeropuerto de Iberness. Estaban en casa. Bernardo nunca supo que una fuerza de paracaidistas se lanzó un par de días antes para asegurar el aeropuerto, pues lo que parecía que iba a ser una salida pacífica de los no combatientes de Iberness de la zona, se convirtió prácticamente en un acto hostil para el Gobierno de Nordia. Benardo tampoco sabrá que un centenar de tonelada de material y unos 300 soldados de Iberness fueron desplegados en el aeropuerto; ni que diversos ataques que sufrió el aeropuerto por grupos adversarios fueron repelidos por la aviación, conducida por controladores de apoyo cercano; incluso no llegará a saber nunca acerca del medio centenar de rotaciones de aviones de carga militares que volaban hacia Toria, a la vez que aviones de caza mantenían la superioridad aérea, todo ello bajo la atenta mirada del sistema de defensa aéreo. Bernardo no reparará en que, ese mismo día, un avión de Iberness fue abatido por un misil antiaéreo de Nordia. Y que ese derribo supuso un ingente esfuerzo de aeronaves de reconocimiento, de defensa, y de ala rotatoria para ejecutar una misión de recuperación de personal aun sin saber en primera instancia si el piloto del avión se encontraba vivo. Bernardo no sabrá nunca que asistió en primera línea a la puesta en marcha de una de las operaciones conjuntas más complejas, como es la de extracción de no combatientes. ATAQUE AÉREO Es de noche cuando un avión lanza sobre Moncaya desde alta cota a unos paracaidistas que, al llegar al suelo, se convertirán en los controladores aéreos avanzados. Una vez conseguida la zona de no vuelo, ahora es necesario acabar con las fuerzas que, de manera dispersa, se ubican aquí y allá dentro de Moncaya, afectando y sobre todo controlando las vida de sus habitantes. Iberness sabe que las operaciones en su propio suelo tienen que ser milimétricas, REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2019 533


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