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mínima prevista de 25 meses pueda ser garantizada y quizá prolongada. Dicho tiempo será suficiente para obtener hasta cuatro mapas completos de todo el firmamento (o uno cada seis meses), formados por millones de espectros de generación rápida que se integrarán en un archivo valiosísimo y utilizable para otras misiones que tengan un mayor poder de observación, contemporáneas en el tiempo o previstas para un futuro cercano. El telescopio utilizado tendrá un campo de visión de 3,5 por 11 grados. La radiación infrarroja que incida en él será captada por cuatro detectores similares a los utilizados en el futuro Esquema de las partes del vehículo SPHEREx. (Imagen: NASA) James Webb Space Telescope (problemas técnicos han estado retrasando su lanzamiento), de modo que se garantice una gran fiabilidad y estabilidad. El propio telescopio quedará refrigerado de manera moderada, hasta los 80 K, mientras que tres de los detectores lo serán hasta una temperatura de 55 K. Para aumentar el número de espectros obtenidos y la eficiencia de las operaciones, se utiliza un diseño carente de partes móviles, más allá de aquellas que deban colocarse en su posición definitiva al principio de la misión, como los paneles solares, etc. De este modo se reducirán las posibilidades de fallo mecánico debido a las tensiones térmicas presentes en la órbita de trabajo. La estructura o plataforma que albergará el instrumento será proporcionada por la compañía estadounidense Ball Aerospace y se llama BCP-100. Las BCP ya se han utilizado anteriormente con éxito en las misiones NEXTSat (2007) y WISE (2009). Ahora, el vehículo tendrá dos amplios paneles solares desplegables, un parasol y una cubierta que se abrirá frente al telescopio. Pesará un total de 178 kg, de los cuales 74,5 corresponderán a la carga útil. El cohete que lo enviará al espacio, y cuya selección está pendiente (podría utilizarse un cohete pequeño, o un vuelo compartido con otros vehículos), lo situará en una órbita circular de unos 700 km de altitud, desde donde tendrá un acceso progresivo a todo el firmamento. Se espera que SPHEREx obtenga una especial redundancia de datos en los polos eclípticos norte y sur, así como sensibilidades superiores a las del conocido programa 2MASS, realizado desde tierra mediante telescopios y cuyos resultados, muy celebrados por los astrofísicos, aparecieron en 2003. UN SOLO INSTRUMENTO El espectrofotómetro de SPHEREx obtendrá espectros de todo el cielo en el infrarrojo cercano, cubriendo el intervalo que va desde 0,75 a 5,0 micrómetros. Con esta información, los astrónomos podrán clasificar y situar de manera tridimensional los 450 millones de galaxias que se espera observar en el tiempo previsto inicialmente, en base a su desplazamiento al rojo y a sus características lumínicas. El vehículo está especialmente pensado para sondear las señales procedentes de la luz del interior de los halos galácticos y de la época de la reionización. El universo sufrió una expansión ultrarrápida en sus primeros instantes de existencia, la llamada inflación, y el SPHEREx intentará averiguar qué provocó esta situación. No menos importante será contribuir a averiguar cuál es el origen y evolución de las galaxias y el origen del agua en los sistemas planetarios, ingrediente fundamental para la vida que conocemos. Los resultados de SPHEREx deberían confirmar los de otras misiones, como el citado JWST, TESS y eROSITA (un telescopio alemán a bordo de la misión rusa Spektr-RG), pero también aportará datos de fuentes que REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Octubre 2019 779


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