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aviones Mirage, y el adiestramiento de pilotos y técnicos para su manejo y mantenimiento. Desde los años cincuenta, los militares franceses y españoles habían mantenido un flujo continuo de intercambios, primero en el norte de África y después en los territorios metropolitanos: envío de información, visitas, estancias, maniobras conjuntas, sobrevuelos y escalas, etc. Estas relaciones, cada vez más estrechas, desembocaron en la conclusión de importantes acuerdos de colaboración y venta de armas, sobre todo a partir de 19701. ¿Cómo logró Francia competir con Estados Unidos? Los representantes franceses (militares, políticos y empresarios) se mostraron extraordinariamente activos, acomodándose al marco local y desplegando influyentes mecanismos de captación, como la cofabricación de los equipos militares, la exportación a Francia y terceros países y el apoyo a España en los foros europeos e internacionales. España, por su parte, encontró en Francia un buen aliado para aligerar la excesiva dependencia contraída con Estados Unidos, Viaje a Francia de un grupo de profesores y alumnos de la Escuela Superior del Aire (7-12/07/1970). (Imagen: Archivo Histórico del Ejército del Aire) diversificar sus suministros extranjeros, aproximarse a Europa y potenciar el desarrollo de la tecnología y el capital humano de sus empresas de defensa, que se beneficiaron de las compensaciones industriales derivadas de los contratos armamentísticos. El caza supersónico Mirage, fabricado por Avions Marcel Dassault (desde 1971 Avions Marcel Dassault Breguet Aviation)2 marcó un antes y un después en la aviación militar francesa. Especial relevancia adquirió el Mirage III, versión mejorada de los prototipos Mirage I y Mirage II. Se trataba de un avión polivalente capaz de alcanzar los 22 000 metros de altura y una velocidad en altitud de 2,15 mach. Equipado de serie con un motor SNECMA Atar 09-C y un radar polivalente Cyrano de Thomson-CSF, podía transportar armamento de tipo diverso, fundamentalmente cañones, cohetes, misiles y bombas, también nucleares3. El Mirage III realizó su primer vuelo en mayo de 1958 desde el aeródromo de Melun-Villaroche (Île-de-France). Enseguida se entabló su fabricación en serie (unos 10 aviones al mes) y su exportación a más de veinte países de los cinco continentes (sobre todo la versión IIIE, con adaptaciones particulares a petición del demandante). Dassault emprendió, desde los primeros años sesenta, una amplia campaña comercial en España: envió misiones exploratorias para evaluar in situ las necesidades del Ejército del Aire; invitó a los más altos representantes del Gobierno español a conocer personalmente el caza francés en bases y exposiciones aeronáuticas (salones de París y Le Bourget, Centro de Ensayos en Vuelo de Bretigny), y remitió manuales técnicos y revistas REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Octubre 2019 803


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