supone cambios drásticos en la geografía y en la geopolítica, y que contribuye al quinto: el incremento del nivel de los mares y océanos, con especial incidencia en los deltas y estuarios, en los que se concentra una parte importante de la población de mu-chos países. En sexto lugar, el cambio en las corrientes marinas —llamadas «termohalinas» por depender de la temperatura y la salinidad del agua— que ayudan a regular el clima de las costas y, en séptimo, las condiciones idóneas para la vida animal y, por lo tanto, a la expansión de pandemias por zonas en las que no eran endémicas. La complejidad de los mecanismos que hay detrás de todos estos factores hace que sea muy difícil determinar los efectos combinados de los mismos. Muchas circunstancias que hoy están todavía deficientemente estudiadas pueden alterar sustancial-mente el ritmo al que varíen las temperaturas. El deshielo de la tundra y la consiguiente liberación del metano que contiene, o la de gases acumulados en los océanos, tendrán un impacto que es, hoy, de difícil medición. Aunque las condiciones globales de habitabilidad fueran a ser las mismas, las variaciones locales supondrían movimientos ma-sivos de poblaciones hacia las nuevas regiones más propicias. El cambio en el clima es el cambio en el hábitat, y las especies —in-cluida Pool Moncloa/Fernando Calvo la humana— migrarán cuando su capacidad de adaptación se haya visto sobrepasada. Vivimos inmersos en tres revoluciones: la medioambiental-cli-mática, la digital-de la inteligencia artificial, y la productiva-laboral. No nos bastará con adaptarnos a alguna de ellas ni podremos elegir a qué ritmo vamos avanzando para no ver alteradas nues-tras previsiones. Tendremos que hacer frente a las tres, probable-mente de forma simultánea y al ritmo que nos vayan marcando los acontecimientos. Las dos últimas, aunque de forma colectiva, dependen de la voluntad humana. La revolución medioambiental y climática ya no depende solo de nosotros. La contribución de Defensa se centra en mitigar aquel porcen-taje que siga estando en nuestras manos y a ayudar a paliar las consecuencias de los cambios que son ya inevitables. Defensa participa en la Cumbre con la humildad de saber que nuestra con-tribución tiene un alcance modesto, pero también con el orgullo de ser pioneros en ofrecerla. Llegaremos sin pretensiones de ser modelos para nadie, sino de aprender de todos a mejorar cada día en nuestro servicio a España, a los españoles y al conjunto de la Humanidad. L Diciembre 2019 Revista Española de Defensa 49
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