revista de aeronáutica y astronáutica / enero-febrero 2020 el escenario europeo 107 dentro de las responsabilidades del comisario de Mercado Interior. Una DG que tendrá entre sus funciones: la implantación del EDF; asegurar un mercado de defensa europeo abierto y competitivo, es decir vigilar el cumplimiento de las directivas de adquisiciones de defensa y de transferencias intracomunitarias de bienes y servicios de defensa publicadas en 2009; el fomento de una industrial espacial innovadora, un área intrínsecamente asociada a la defensa y por último, la implementación del futuro programa espacial de la UE que incluye el satélite Galileo, el Programa Europeo de Observación de la tierra (Copérnico) y el Servicio Europeo de Superposición de Navegación Geoestacionaria (EGNOS). No obstante el impulso de la nueva Comisión a la Defensa Europea, con mayúsculas, también conlleva el riesgo de que todo el esfuerzo europeo de defensa pueda ser enfocado más a las preocupaciones tradicionales de la Comisión, es decir a la industria, y menos a las preocupaciones reales en materia de defensa. Pero, en cualquier caso, es un hecho que solo un enfoque cooperativo que involucre a todas las diferentes partes interesadas (gobiernos, industria e instituciones), permitirá alcanzar el objetivo de alto nivel proclamado en el IPEUGS en el área de Seguridad y Defensa. Es decir, una EDTIB que opera a escala verdaderamente continental y que sea globalmente competitiva; migración desde la fragmentación existente a la cooperación, la especialización y al fomento de los centros de excelencia basados en la consolidación tanto en el lado de la demanda como en de la oferta del mercado y por ende a la protección de la soberanía estratégica. Las grandes consolidaciones en las industrias de defensa y aeroespacial de Estados Unidos no tuvieron lugar sin un ultimátum del secretario de Defensa. Del mismo modo, una «Unión Europea de la Defensa», no ocurrirá sin una cierta comprensión de alto nivel de cómo se compartirán los beneficios y cómo se asimilarán los efectos de la racionalización por parte de los MSs. Por ello, estar presente en este proceso, tanto desde el punto de vista gubernamental, y en particular desde el Ministerio de Defensa de España y de los cuarteles generales, como desde el industrial, es absolutamente prioritario. Y para estar presente, es necesario dedicar los esfuerzos adecuados tanto en recursos de personal con la presencia de españoles en las instituciones y organizaciones relacionadas con el proceso (incluida la EDA y la OCCAR) como en recursos financieros. Solo la participación financiera en los proyectos PESCO, PADR y EDIDP asegurará la participación de la industria española en el futuro de la defensa europea y en concreto en el MFF, que no olvidemos va a poner encima de la mesa 13 millardos de euros para el desarrollo de las capacidades de defensa europeas, incluida la capacidad aérea en sus diferentes modalidades: combate, movilidad y espacio aéreo. n
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